sábado, 20 de junio de 2020

LA ANÉCDOTA DEL COMIENZO DEL ÉXITO DE “SUEGRAS BÁRBARA´S"


Tal vez peque de reiterativo, porque siempre digo que en teatro uno sabe dónde, cómo y cuándo empieza con un proyecto, pero nunca sabe dónde, cómo ni cuándo acabará.
Corría el año 97 -ignoro para qué lado, porque lo perdí de vista hace mucho- cuando comencé a escribir y decidí llevar a escena “Suegras Bárbara´s” por primera vez en el teatro El Vitral del centro de Buenos Aires,  
junto a las talentosas “suegras” Mimí Sanchez (“Irma”), Sylvia Posse (“Elvira”), Laura Castro (Doña Sara”) y Bárbara Bofill (quien, a partir de su nombre y su estupenda actuación, colaboró para completar el título de la obra). Puedo decir orgullosamente, que escribí aquel texto para cada una de ellas, no basándome en sus personalidades, sino explotando la capacidad creativa a partir del caudal de talento.
Al principio, cuando comencé a escribirla, fueron unas pocas páginas de la historia de un matrimonio con diferencias de edad y la confrontación con sus respectivas suegras, pero cierto día, apareció un artículo en el diario que me llamó la atención. Una mujer había decidido donar el corazón de su hijo fallecido, pero por la legislación vigente no podría saber a quién había sido trasplantado, y mi mente comenzó a intentar desentrañar la pregunta: ¿Qué le pasaría a esa mujer, si pudiese saber quién posee ahora, lo que fue el corazón de su hijo? ¿Intentaría ir a verlo? ¿Le gustaría volver a escuchar sus latidos? ¿Ese hijo murió totalmente para ella?
Esto comenzó a modificar la estructura inicial de la comedia y me obligó a reescribirla agregándole el personaje de la tercera “suegra”, que enriquecía enormemente la historia central y que además me hacía llorar de las carcajadas, por las situaciones desopilantes que me iba imaginando mientras la escribía.
Luego, ese pequeño “hijo” -que dio sus primeros pasos en El Vitral y realizó luego pequeñas giras por algunos barrios de la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, llegando incluso hasta la ciudad de Junín-, se hizo mayorcito. Creció mucho y muy bien. Hoy en día se mueve exultante, saltando de ciudad en ciudad, por todos los países de habla hispana, cosechando a salas llenas, enormes carcajadas y aplausos.  

Dos años ininterrumpidos de giras por toda Andalucía en España, tres años en cartelera en Salta, Argentina, dos años y más de ciento veinte funciones a sala llena en San José de Costa Rica, varias temporadas por distintos elencos en México, Colombia, Uruguay, Honduras, y muchos otros grupos en ciudades de España, Argentina, etc., etc.
Resulta imposible determinar el porqué de un éxito o de un fracaso. Todo cuanto se diga en un caso o en otro, no será más que un fútil intento de explicación o un cúmulo de banales excusas sobre un hecho absolutamente misterioso. 

Pero aclaremos otro punto, el éxito bien entendido se puede dar en dos terrenos: el comercial y el artístico, siendo bastante escaso el poder encontrarlos juntos.
El éxito comercial es simplemente eso (no quiere decir que sea fácil), vender muchas entradas, basándose generalmente en una gran inversión en la contratación de figuras muy populares o mediáticas, grandes producciones escenográficas y descomunales campañas publicitarias.  Con todos estos ingredientes se podría decir que es posible conseguir ese tipo de éxito, pero nadie lo puede asegurar, lo que significa que ante tamaña inversión, si no se gana lo suficiente, se puede considerar un fracaso.  

Pero está también el otro, el artístico, que muchas veces -por no decir casi siempre en el teatro independiente- le resulta casi imposible acceder a todos aquellos recursos y pone su acento en las interpretaciones de verdaderos artistas de la escena, aunque sin la fama de los anteriormente mencionados (como siempre digo: actores gigantes de fama pequeña) que muchas veces sin ningún rédito económico, hacen del teatro su forma de vida.
Sin embargo, nada ni nadie puede asegurar el éxito. Quien lo haga, indudablemente es un gran jugador de póker o truco, porque sabe mentir muy bien
Por eso repito una y otra vez que el único juez supremo fue, es y será siempre el público.
Por eso resultó hasta casi asombroso el éxito comercial y artístico, juntos en éste caso, de “Suegras Bárbara´s” en cuanto teatro y país se presentó, tanto del circuito comercial como del independiente. 
Tan sólo puedo decir que el propósito de ésta comedia fue el de hacer reír a través de una historia simple, con un texto simple, con personajes tan simples como reconocibles y explicitando el verdadero objetivo: no importan las edades, diferencias, enfermedades o distancias. Lo que realmente importa es el amor y es por lo único que vale la pena luchar.
Y recién ahora, después de 23 años de aquel comienzo, surgió nuevamente esa necesidad de encomiar el mismo objetivo apuntalando el amor a través de una segunda parte, ante tanto avasallamiento de tristeza,  intolerancia y odio que lentamente van tiñendo a nuestra sociedad.  Allí surgió esta segunda parte llamada “Suegras Bárbara´s al rescate”


Es tan sólo el comienzo de “Suegras Bárbara´s al rescate”, que por ahora yace latente como simple texto de comedia, esperando ver la luz (de los escenarios) para comenzar su verdadera vida. Cómo, dónde, y cuándo acabará, solo Dios lo sabe.
H.D.M.


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