viernes, 29 de mayo de 2015

Cuento de humor: "El sobrino de Nerón"

“El sobrino de Nerón”
(Un romano echo a mano
o Cuando vivir en Roma era un quemo)

Popea Sabina era una mujer de extrema belleza y coquetería.  Se casó en segundas nupcias con Otón, quien años más tarde fue proclamado emperador de Roma, luego de haber asesinado a Galva -el emperador que sucedió a Nerón-.
Otón era amigo íntimo de Nerón.  Pero ocurre que cuando Nerón conoció a Popea, se enamoró de ella y con el consentimiento de Otón, se hicieron amantes (Nerón y Popea, no Otón) y tiempo después, para sacárselo de encima (a Otón, no a Popea), Nerón lo envió a cargo del gobierno de Lusitania (hoy Portugal).  Hay quienes sostienen que de allí proviene su segundo nombre de Otón Tito.
Dicen los historiadores de la época que Popea, debido a la rivalidad que mantenía con Agripina la Menor, la madre de Nerón -a causa de la influencia que ésta tenía sobre su hijo-, logró que el propio Nerón la acusara de traición y mandara a matar.  Si.  A la propia madre.
Pero Popea tenía también otra rival, la mujer de Nerón, por eso le propuso que se divorciase de Claudia Octavia, la exiliara y ordenara su ejecución.  Y de nuevo lo consiguió.  Luego se divorció de Otón cuando éste se fue a Lusitania y se casó con Nerón para ser proclamada emperatriz de Roma.  Lo que se dice, una verdadera joyita, la Popeíta.
A lo largo de la historia hubo muchos tipos de romanos, otros que si los llamabas así te contestaban con alguna rima,  pero muy pocos como el sobrino de Nerón.
Cuentan algunos entendidos en el tema (pero ninguno serio), que Popea tenía un sobrino llamado Marco Dicia, quien al momento de casarse con Nerón (Popea, no Marco), pasó a ser sobrino del emperador (Marco, no Popea)
Si bien Marco era ambicioso, su coeficiente intelectual mostraba números negativos, por lo que nunca fue demasiado emprendedor.  Uno de sus hobbys preferidos era el de coleccionar caracoles, pero con muy poca fortuna, porque la mayoría se le escapaban.
Cierto día su tía Popea, entre tantas excentricidades a las que los tenía acostumbrados, le pidió que le preparase una tina con leche de burro, porque dándose baños de inmersión en ello, lograba  mantenerse joven.  Marco apenas consiguió llenar media tina, a pesar de haber estado trabajando arduamente durante todo el día, con quince burros sementales.  Al advertir Popea el error de interpretación de Marco y su desconocimientos de la diferencia entre hembras y machos, lo corrigió diciéndole que no se trataba de la leche de esos burros, por lo que al otro día, Marco hizo lo mismo, pero con quince muy malos estudiantes.
Tomando en cuenta que era tan inútil como codicioso, Popea le sugirió finalmente que lo único que podría hacer era regentear un lupanar (así llamaban por entonces a los burdeles o casas de citas).  Seguidamente Popea, después de tocarle un poco la lira a Nerón, le pidió dinero y le suministró los fondos necesarios a Marco, quien se dispuso de inmediato a seleccionar al personal.
Durante dos semanas de arduo trabajo, tomó exámenes y pruebas a una gran cantidad de personas que se habían presentado para el trabajo.  Finalmente seleccionó y contrató a quince de ellas: ocho mucamas encargadas de arreglar las recámaras, cinco cocineras y dos meseras.  Fue en ese preciso momento cuando se dio cuenta que se había olvidado de las prostitutas.
Ante la urgencia de la apertura del lupanar, Marco salió presuroso a pedirle a los senadores sugerencias sobre algunos nombres de chicas, para convocarlas a trabajar de inmediato.  Pero fue demasiado.  Cada senador le entregó una lista tan larga, que con la décima parte de cada uno, podría abrirse otro lupanar (Cualquier similitud con la actualidad, es absolutamente debida a la mala intención de gente sin escrúpulos, ruines y envidiosos, que creen que nuestros honorables y reputados senadores, -sobre todo ésto último- serían capaces de estar relacionados con hechos de semejante bajeza moral).
Marco seleccionó entonces algunas al azar y por fin abrió las puertas del lugar.
Aparentemente y según los resultados obtenidos, la selección realizada no fue lo suficientemente profunda y aclaratoria sobre los requisitos a cumplir ya que el mismo día de la apertura, uno de los clientes solicitó servicio completo y las chicas le hicieron las manos, los pies, rulos, permanente, coloración, reflejos y limpieza facial, pero de lo que vino a buscar, ni noticias.  El pobre cliente salió más excitado de lo que entró, pero hecho una pinturita.
Nada sorprendía en la época del imperio romano.  Si bien el emperador Augusto -quien fue el primer emperador romano y no su antecesor Julio César, como muchos creen-,  implementó leyes muy duras con respecto al adulterio y al estupro, sus sucesores se encargaron de echar por tierra, por polvo y por todas partes donde pudieron, todo lo logrado por el gran Augusto (a quien se debe el agregado del mes de agosto, envidioso que Julio César había creado el mes de Julio en su honor).
Ya desde la época de Calígula, según cuenta gente entendida (y alguna que otra confundida, también), éste mantenía relaciones incestuosas con sus hermanas Agripina la Menor (futura madre de Nerón), Drusilla y Julia, además de acostarse con su caballo Incitato, al que nombró Cónsul y Sacerdote.  Aquella misma gente entendida sobre el tema, fueron los mismos que aseguran que a Calígula, se le había corrido una teja en la cabeza y por eso le llovía adentro, lo que le originaba ciertos cortocircuitos.
El mismo Nerón, luego de haber matado a Popea (según dicen, sin intención), llegó a sentirse atraído por el esclavo Esporo, cuyo físico era muy parecido al de la difunta Popea.  Nerón, que lo llamaba “mi Popeíta”, quiso casarse con él, pero como los matrimonios entre hombres estaban prohibidos en Roma, ordenó que castraran al esclavo y le obligó a vestirse como su mujer.
Pero las excentricidades del emperador no terminaron allí, ya que Dióforo era un esclavo liberto que le tocó -al contrario que Esporo-, ejercer el papel de hombre en su relación con Nerón. Se escenificó la boda, en la que el emperador era el que iba vestido con ropas de mujer, y por la noche representó la consumación del matrimonio imitando los gemidos de cualquier esposa virgen en la noche de bodas.  Sin lugar a dudas, éste también tenía varias tejas corridas, porque además suponía que existían esposas vírgenes, y más aún en aquella época, en donde no se podía usar la excusa que fue andando en bicicleta.
Marco -que a su vez también sufría de algunas filtraciones-  siempre se mantuvo al margen de las tentaciones carnales de aquella casa de servicios sexuales, por dos razones fundamentales:  por un lado, para él era solo un negocio, el cual podía saciar su sed de codicia, y por otra parte, no lo satisfacían los servicios de esos locales, porque siempre le había gustado más el autoservicio.
De acuerdo con algunos investigadores, ello se debía más a la obsesión que tenía con su propia concepción, ya que según cuentan, sus padres nunca tuvieron relaciones y el embarazo se debió a un accidente fortuito con una toalla portadora del semen que ambos usaron (la toalla... y el semen también).  Por aquella razón, se lo empezó a identificar como el primer romano hecho a mano.
En latín, lupa significaba tanto loba como ramera, por lo que lupanar era el lugar donde estaban las lupas.
Al carecer en aquel entonces de cuidados específicos para no concebir, algunas de las profesionales del sexo llegaban a quedar embarazadas, por lo que luego pasaban a ser acusadas frente a los hijos, como “la lupa que los parió”
Algunos estudiosos aseguran, que el nombre de “lupa” se debió en realidad a la falta de autoestima de algunos clientes, que necesitaban de ese vidrio de aumento para convencer a las doncellas de sus dotes amatorias, pero como la lupa en sí data recién del siglo X, es obvio que esos estudiosos, reprobaron.
Otros de los inconvenientes del momento, eran las túnicas y togas que solían vestir los clientes que frecuentaban el lugar.  Algunos en el apuro por saciar sus deseos, ni se las quitaban, por lo que en el medio del fragor del éxtasis y de los pasionales momentos, se confundían y enredaban con las sábanas de los catres.  No era tan problemático porque los incidentes no pasaban de algún que otro muerto por asfixia, pero sonrientes.
Hebe Vidotodo, la más alta de las lupas que allí trabajaban, poseía una altura de dos metros con quince centímetros.  Era exuberante por donde se la mire y a decir verdad, había mucho por donde mirar, pero tenía la ventaja que mientras estaba trabajando, con sus piernas podía hacerle masajes en la espalda al cliente de la cama de al lado.
En el antiguo imperio, los principales estratos sociales estaban ocupados por los Senadores, Patricios y ciudadanos. Cierto día llegó al lupanar un Patricio de apellido Cioso, famoso por no hacer nada más que visitar lupanares.  Su único inconveniente residía en que su altura no pasaba de los noventa centímetros.  No hubiese habido ningún inconveniente de no ser por su obsesiva inclinación al sexo oral, al cual solía entregarse en cuerpo y alma.  Tanto se entregó con Hebe, que sin querer la mordió en sus partes íntimas, y ésta por un acto reflejo, cerró sus piernas de golpe.  Durante un tiempo nadie supo nada del Patricio Cioso, al tiempo que llamaba la atención el repentino embarazo de Hebe.  A los pocos días, Roma se conmocionó con la noticia del parto violento de Hebe, quién según los testigos del hecho, una vez que tropezó y cayó boca abajo, despidió a su hijo a una velocidad de cincuenta kilómetro por hora.
Sin embargo el problema principal en el lupanar, ocurrió la noche del 19 de julio del año 64 con una de las doncellas, Livia Nita viuda de Atriki que se había acoplado al staff recientemente.  Un senador tartamudo no lograba expresar con claridad lo que deseaba.  Otra de las chicas, Paula Rasposa que escuchaba la conversación, le aclaró que lo que el senador buscaba era algo que lo excite y sobre todo, que le haga algo que lo encienda.  Tanto insistió aquel senador con dicho encendido, que Livia Nita de Atriki le prendió fuego a su túnica.  Las llamas se extendieron rápidamente sobre los enormes cortinados, porque los extinguidores de incendios no estaban cargados (es decir, los baldes de agua estaban vacíos),y de allí a las casas vecinas y así sucesivamente por casi toda Roma.
Tan solo se escucharon los alaridos de las chicas y los clientes que huían desnudos y despavoridos, y al pobre tartamudo que corría con su túnica ardiendo, mientras gritaba -Se me quema el cu...Se me quema el cu... Se me quema el cu...!!- Al escuchar esto Livia le dio un sopapo y el tartamudo prosiguió -Se me quema el cu.. erpo!!!!!!- y corriendo saltó y se zambulló en un bebedero de caballos.  No llegó a quemarse seriamente, pero la depilación lograda alcanzó el grado de cavado profundo.
Por aquella época los incendios en Roma eran muy frecuentes, pero el relatado fue de una envergadura inusitada.  La historia se encargó de echarle la culpa a Nerón, quien según cuentan los cronistas de la época, incendió Roma, para volver a construirla como a él le apetecía, mientras Popea seguía tocándole la lira.  Pero la verdadera culpable fué Livia, quien por éste incidente fue rebautizada como Livia Nitadeseso.
A raíz del siniestro, las chicas se dispersaron tomando cada una su rumbo.  Algunas pocas volvieron a Alejandría, otras a Antioquía, a Cesarea, a parto natural, una cuantas más a Herculano y Pompeya y  la gran mayoría prefirieron el retorno a San Juan y Boedo.
Según los historiadores del Papa Francisco, las que regresaron a Herculano y Pompeya no tuvieron tanta fortuna, porque al poco tiempo el Vesubio comenzó con sus primeros provechitos y las últimas fueron las más exitosas porque hasta ganaron la Libertadores.
Lo cierto es que Marco perdió todo, incluyendo el apoyo de Popea.  Ella prefirió seguir tocándole la lira a Nerón, así que no tuvo más remedio que emprender el exilio hacia Constantinopla para probar fortuna allí, a pesar de estar maltrecho y con sus manos en llagas.
No por el incendio, sino por tanto “autoservicio”.

H.D.M.

miércoles, 27 de mayo de 2015

Novedades: "Mi mujer es el plomero" en Reocín, Cantabria, España


Novedades: Más funciones a pedido del público de "Mi mujer es el plomero" en Salta, Argentina

"A PEDIDO DEL PUBLICO VOLVEMOS!!!! AGREGAMOS SEIS FUNCIONES MAS! Grupo EL DERROCHE PRESENTA: "MI MUJER ES EL PLMERO" de Hugo Marcos
PROXIMAS FECHAS:
05 Y 06 DE JUNIO
03 Y 04 DE JULIO
31 DE JULIO
01 DE AGOSTO NOS DESPEDIMOS!!!!!!!
REPARTO:
Leti: Ruth Romero Urbina
Juan: Juan Franco Soraire
Danie-Daniela: Marcelo Ortiz
Marta: Paula Lichenstein
Ana: Sandra Segovia
Gustavo. Ignacio Zanardi
Madre de Juan: Lola Portal
Dirección: Petty Ruiz.-
ENTRADA GENERAL: $ 80.- (En el Teatro, a partir del 21/05))
COLEGIOS NOCTURNOS, TERCIARIOS Y BESPA CONSULTAR PRECIOS
Y RESERVAR LOCALIDADES -
3 NOMINACIONES "VICTORIA"
"PREMIO VICTORIA" Mejor Actriz de Reparto
Comedia de enredos, humorística, en un solo acto: cuenta las vicisitudes de un viudo ante los pensamientos sobre su difunta mujer y la encarnación de la misma en otra persona; todos los amigos, parientes, vecinos que lo rodean, se ven involucradas en jocosas situaciones lo que lleva a un final muy divertido.-"

Novedades: "Suegras Barbara´s" en Fortín Tiburcio, Bs As, Argentina


Comentarios del público sobre "Mi mujer es el plomero" en Montevideo, Uruguay

"MI MUJER ES EL PLOMERO"
(Click en el título para ver los comentarios)

domingo, 24 de mayo de 2015

Encuesta

Debido a que me encuentro escribiendo una nueva comedia de enredos, me gustaría solicitarles a quienes visiten este blog, que voten qué comedia les ha gustado más (pudiendo votar varias al mismo tiempo, si justamente son varias las que les han gustado).
 Dicha información, es para mí de vital importancia para sopesar gustos, estilos, temas etc, tomando en cuenta que cada vez que he escrito a pedido, siempre me han salido obras mediocres y sin sentido.  En cambio, cada vez que respondí a mi imaginación...  jamás escribí una palabra!!!