miércoles, 17 de junio de 2020

“DE ASESINOS A ESCRITORES Y DE ESCRITORES A ASESINOS” (5 historias verdaderas, que parecen de novela!!!)


A CUIDARSE DE ALGUNOS AUTORES!!!
“DE ASESINOS A ESCRITORES Y DE ESCRITORES A ASESINOS”
(5 historias verdaderas, que parecen de novela!!!)

THOMAS GRIFFITHS WAINEWRIGHT
Un personaje extravagante, admirado en los círculos artísticos británicos de principios del siglo XIX y al mismo tiempo conocido para la posteridad como «el envenenador de Londres». Hijo de escritores, Thomas se ganó una notable reputación como pintor y poeta, publicando sus obras en las revistas literarias más importantes del momento.   

Debido a sus hábitos extravagantes, que lo hacían algo así como un dandy, los asuntos financieros de Wainewright estuvieron muy comprometidos. En 1830, aseguró la vida de su cuñada, Helen Abercrombie, con diversas compañías por un monto de £18.000 y, cuando murió en diciembre del mismo año, el pago fue rechazado debido a una tergiversación. Wainewright se retiró a Boloña en plena Monarquía de Julio francesa. Allí fue aprehendido por las autoridades como sospechoso y fue encarcelado por seis meses. Tenía en su posesión una cantidad de estricnina y se sospechó que había envenenado no solo a su cuñada, sino a su tío, su suegra y a un amigo de Norfolk, aunque estos cargos nunca fueron probados.
Regresó a Londres en 1837, pero fue nuevamente arrestado por un cargo de falsificación de trece años de antigüedad y por una transferencia de acciones. Parecería que las autoridades utilizaron el caso de la falsificación insostenible para condenarlo de por vida por los asesinatos que no podían probar. Fue enviado a Hobart, Australia, a donde llegó el 21 de noviembre de 1837. Mientras estuvo en prisión se le preguntó por qué había envenenado a su cuñada Helen Abercrombie, a lo que replicó «Sí, fue una cosa terrible de hacer, pero tenía tobillos muy gruesos». Sus influencias sociales le libraron de morir en la horca, pero a cambio fue deportado a Australia, donde cumplió trabajos forzados. Su caso inspiró a otros muchos escritores de la época, como Charles Dickens y Oscar Wilde; este último relató sus hazañas literario-criminales en una obra titulada Lápiz, pincel y veneno.

VLADO TANEVSKI
Periodistas que se han inventado noticias ha habido muchos, pero que hayan creado ellos mismos un suceso para escribir sobre él, no hay tantos. El reportero macedonio Vlado Tanevski, periodista especializado en sucesos y autor de novelas de suspense en sus ratos libres, fue detenido en el 2008. 
Sus víctimas fueron Mitra Simjanoska  de 64 años y que desapareció el 16 de noviembre de 2004 después de un viaje al mercado.  Su cadáver fue encontrado el 12 de enero de 2005. La habían estrangulado, atado, torturado y violado, y había estado muerta por menos de dos semanas.  

Ljubica Licoska, de 56,  desapareció a principios de noviembre de 2007 después de ir a comprar comestibles y fue encontrada muerta el 3 de febrero de 2008. Había sido estrangulada, atada, golpeada y violada, y había estado muerta solo unos pocos días.
Zivana Temelkoska  de 65, desapareció el 7 de mayo de 2008 después de un engaño sobre el hospital de su hijo, y encontrada el 16 de mayo. Había sido torturada, violada, estrangulada y atada con cuerdas telefónicas.
Todas estas mujeres eran limpiadoras pobres y sin educación, que era también como la madre de Taneski se había ganado la vida. Las víctimas habían conocido personalmente a la madre de Taneski, lo que pudo haber sido la razón de su selección como víctimas.
Lo curioso del caso es que la pista que puso a la policía detrás de él, fueron sus propias crónicas periodísticas. Eran tan detalladas, tan precisas y contenían tantos detalles que los investigadores no habían querido que trascendiesen, que al final los detectives encargados del caso llegaron a una conclusión: solo una persona puede saber tanto sobre los crímenes, el asesino. Hay que decir que Vlado tuvo un final realmente novelesco: apareció muerto en su celda, con la cabeza metida dentro de un cubo de agua. La versión oficial fue suicidio (sin dudas, una forma muy extraña de “suicidarse”)

KRYSTIAN BALA
En el año 2000, en Polonia, apareció el cadáver de Dariusz Janiszewski, propietario de una agencia de publicidad, en Breslavia (al sur de plonia), flotando en las aguas del río Oder. La policía cerró el caso tres años después tras no haber encontrado ninguna pista, ya que no había podido resolver el asesinato, hasta que uno de los agentes que investigaron el caso leyera una novela titulada Amok, escrita por Krystian Bala y en la que se describía minuciosamente un crimen idéntico a aquel. 
Curiosamente, la palabra que daba título a la novela, “Amok”,  fue la pista que permitió a la policía tirar del hilo y demostrar que Bala había sido el asesino, y todo porque un asesinato muy similar aparecía en la primera novela de Bala, en el 2003, publicada tres años después del asesinato de Janiszewski.  

La palabra Amok se usa en algunas lenguas centroeuropeas para definir una furia homicida ciega. El caso atrajo una amplia cobertura mediática en Polonia. Además, se descubrió que un teléfono celular con el que se había llamado a la víctima el mismo día de su desaparición había sido subastado en internet por Bala, cuatro días después.

En 2007, el tribunal de apelación ordenó un nuevo juicio del caso, donde se concluyó que era culpable. En 2008 se ratificó esta sentencia, y fue condenado a 25 años de prisión. Bala asegura que es inocente, y que se basó en los artículos periodísticos sobre el caso para escribir el libro. En prisión, está preparando  su segunda novela.

ALFONSO VIDAL Y PLANAS
Este autor solo ha conocido un éxito en su vida. Fue la novela “Santa Isabel de Ceres” que narra el amor de un pintor por una prostituta a la que intenta redimir.  

Posee contenido autobiográfico, ya que también Vidal y Planas sacó de una mancebía a la que sería su mujer, Elena Manzanares., Posteriormente, la transformó en obra de teatro y que se mantuvo hasta tres meses consecutivos en la cartelera madrileña con un lleno absoluto. Podría haber sido el inicio de una gran carrera como autor teatral, pero en 1923, este escritor -conocido por ser inestable, violento y polemista-, asesinó el 2 de marzo a su socio Luis Antón del Olmet en el Saloncillo del Teatro Eslava de Madrid, un periodista venal que igualmente escribía como bolchevique que adulaba a Alfonso XIII y director de El Parlamentario.
Luego vendrían nuevos dramones lacrimógenos como “Los gorriones del Prado”, cuyo estreno coincidió con el crimen del Teatro Eslava, en el que Vidal y Planas, una vez más pero ahora como multiplicado protagonista del trágico suceso. Primero como víctima (su amigo, el también escritor Luis Antón del Olmet, se acostaba con Elena Manzanares, su enamorada, a la que había rescatado de una casa de mala nota) y, después, como matador a tiros de ese mismo Olmet en los pasillos del teatro de la calle del Arenal. Era el primer día de marzo de 1923. Tan sólo veinte días después, y en la cárcel Modelo de Madrid donde cumplía arresto, se casaban Elena Manzanares y Alfonso Vidal y Planas.
Reacio, en principio, a solicitar el indulto, sin embargo, al fin accedería que lo hicieran por él y saliendo libre en 1926.
Afiliado a la CNT, tras la guerra civil se exilió a Estados Unidos llegando a conseguir el puesto de Catedrático de Literatura por la Universidad Indianápolis.




JOHANN UNTERWEGER
Johann "Jack" Unterweger (16 de agosto de 1950 – 29 de junio de 1994) fue un asesino en serie austríaco que mató 12 prostitutas de diferentes países, y luego de su primera condena por homicidio cobró notoriedad como escritor.
Se puede ser buen escritor y a la vez mala persona. Hay muchísimos ejemplos.
En 1971 Unterweger fue condenado a cadena perpetua después de haber estrangulado a una prostituta con su propio sujetador. En su declaración explicó que lo había hecho  porque la joven le recordaba a su madre: “Creí ver a mi madre delante de mÍ y  la maté”. La madre de Jack era una prostituta que siempre tuvo problemas con la ley, lo abandonó cuando era muy pequeño; lo dejó con su padre muy abusivo y alcohólico. Al abuelo le gustaba golpearlo hasta que sangrara, también llevaba prostitutas a casa y obligaba al pequeño Jack a emborracharse con ellas. Por ello, la vida adolescente de Jack no fue nada fácil. Incluso antes de matar a la primera prostituta durante un tiempo fue un proxeneta.

Suprimera víctima fue en 1974. Jack asesinó a una mujer alemana de 18 años, Margaret Schäfer; Margaret había sido agredida sexualmente y golpeada con una varilla de acero, estrangulada con su propio sostén y luego arrojada al bosque para que se pudriera. En el juicio, Jack lloró mucho, juró que lo sentía y rogó para que le dieran una segunda oportunidad. Fue condenado a cadena perpetua.
En la prisión, Unterweger escribió cuentos, poemas y obras de teatro donde mostraba su lado más sensible y una sorprendente pericia en el oficio de las letras.  Una de sus piezas, titulada “La comedia infernal”, alcanzó gran notoriedad hasta el punto de que fue estrenada con John Malkovich como protagonista..
También se atrevió con una autobiografía titulada Fegefeuer (“Purgatorio”). De forma asombrosa estos textos encontraron lectores al otro lado de los muros de la cárcel y Unterweger acabó siendo un autor muy leído e incluso admirado. Tanto que dos Premios Nobel, Günter Grass y Elfriede Jelinek llegaron a solicitar su indulto.  

Las presiones surtieron efecto porque, lejos de cumplir la cadena perpetua, Unterweger fue liberado en 1990, convertido en un ejemplo a nivel nacional del éxito del programa de rehabilitación de reos de la República de Austria. El asesino había mutado en escritor, el demonio era ahora un ángel arrepentido. De este modo, su presencia en charlas y programas de televisión se convirtió en algo habitual.
Jack se convierte en una celebridad. El nuevo escritor fue un invitado a todos los programas de entrevistas importantes. Apareció en las portadas de las revistas. Pasó de la cárcel, a vivir con muchos privilegios. Vestía con elegancia y siguió escribiendo en revistas. Todo era como un cuento de hadas, pero…
Una prostituta fue encontrada estrangulada en septiembre de 1990. Fue descubierta portando solo su anillo de bodas y calcetines. Estaba desnuda, había sido brutalmente golpeada, agredida sexualmente, estrangulada con sus propias medias y abandonada en el bosque, cubierta de hojas.
Pronto se encontró otra víctima, y luego otra. Jack mató a seis en el año 1990. La mayoría eran prostitutas.
Todas fueron asesinadas de la misma manera; asaltadas sexualmente (a menudo con un objeto como la rama de un árbol), estranguladas con su propia ropa (generalmente un sostén), y abandonadas en el bosque. Lo curioso de todo es que Jack escribía artículos sobre crímenes reales para una revista.
En junio de 1991, Jack voló a Los Ángeles para escribir un artículo sobre las diferencias en la forma en que se trataba a las prostitutas en los Estados Unidos frente a Austria. Aprovechó para matar a 3 prostitutas estadounidenses, llamadas Shannon Exley, Irene Rodríguez y Sherri Ann Long. Un detective retirado se puso a investigar y supo que dos de las tres asesinadas habían sido vistas con Jack.
Mientras Jack continuaba en Estados Unidos, la policía austriaca estaba investigando a Jack; buscaron en su propiedad y encontraron una bufanda roja que combinaba perfectamente con las fibras encontradas en una de sus propias víctimas. Cuando Jack regresó a su casa en Austria, un amigo le informó que era buscado por varios asesinatos. Jurando nunca volver a la cárcel y suicidarse si lo hiciera, Jack y su amante de 18 años huyeron a Canadá y luego se colaron en los Estados Unidos.
En febrero de 1992, tras ser detenido fue extraditado a Austria, donde sería juzgado por sus 11 asesinatos conocidos: uno en la República Checa, 3 en los Estados Unidos y 7 en Austria. En el juicio, Jack fue declarado culpable y enviado de vuelta a prisión, donde cumplió rápidamente su promesa de no volver a vivir en prisión. El 29 de junio de 1994, solo 4 años después de ser liberado por primera vez, Jack se ahorcó en su celda.

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