martes, 23 de junio de 2020

¿SABÍA QUE HUGO BOSS, ERA EL SASTRE NAZI QUE CONFECCIONABA LOS UNIFORMES DE LAS TROPAS DE HITLER?


Además de crear una popular marca de ropa, el fundador de esta firma fue un reconocido miembro del partido nazi que usó a esclavos judíos en sus fábricas.  
Hugo Ferdinand Boss, era conocido en la Segunda Guerra Mundial por algo muy distinto a como lo conocemos hoy en día, por la calidad y elegancia de sus creaciones de alta costura, ya que fabricaba los trajes para las tropas nazis dirigidas por Hitler y utilizaba prisioneros judíos como mano de obra. Y es que, este costurero alemán fue durante años el sastre del Tercer Reich.
La historia de Hugo Boss comienza en 1923, año en que el modista fundó un pequeño taller de sastrería en Metzingen, un pueblo al sur de Stuttgart. Allí, como afirma el historiador y periodista Jesús Hernández en su libro « 100 Historias secretas de la Segunda Guerra Mundial», «el sastre se dio cuenta de que el negocio era vestir a las tropas hitlerianas».
Ya en 1929, el joven Adolf Hitler había tomado las riendas del Partido Nazi y su discurso comenzaba a convencer a muchos alemanes, sobre todo por la profunda depresión económica que azotaba a la Alemania de la post primera guerra. Y, al parecer, uno a los que persuadió fue Hugo Boss. «En abril de 1931, cuando aún Hitler no había llegado al poder, Boss, que entonces tenía 46 años, decidió alistarse en el Partido Nazi. Su número de afiliado sería el 508.889» afirma Hernández.
En 1933, dos años después de comenzar su aventura textil, y tras pasar multitud de calamidades económicas, Hugo Boss ya había decidido que su futuro sería proporcionar la indumentaria a las « Waffen SS» (un cuerpo de elite creado por Hitler para su protección, entre otras funciones), las SA (una organización paramilitar del partido nacionalsocialista), y las Juventudes Hitlerianas.
Ese mismo año, las ventas comenzaron a incrementarse, y, en términos del historiador, Hugo Boss incluyó un anuncio en un diario local afirmando lo siguiente: «Uniformes de las SS, las SA y las HJ. Ropa de trabajo, de deporte y de lluvia. La hacemos nosotros mismos, con calidad buena y reconocida y a buenos precios. Boss. Ropa mecánica y de trabajo, en Metzingen. Firma homologada por las SA y las SS. Uniformes con la licencia del Reich».
Su futuro acababa de quedar sellado.
Desde ese momento los pedidos del ínfimo taller se multiplicaron. «Años más tarde, en 1935, Boss decidió abandonar la fabricación de ropa civil y dedicarse exclusivamente a la confección de uniformes. Seguramente, a Boss no le pasó desapercibido el dato de que entre miembros de las SS, SA y Juventudes Hitlerianas sumaban un total de tres millones y medio de uniformes, y que alguien debía de fabricarlos» sentencia Hernández.
Hugo Boss acertó de lleno, como explica el historiador: «La diversidad del vestuario del Tercer Reich debía ser atendida. Por ejemplo, el vestuario tipo del militar alemán podía tener hasta ocho uniformes distintos: el de campaña, el de servicio o diario, el de guardia, el de parada, el de presentación, el de paseo, el de trabajo, el deportivo y el de sociedad, este último solo para los oficiales».
El negocio progresa
Los pedidos llegaron a cientos hasta Metzingen, lo que provocó que Boss se planteara comprar en 1939 una fábrica de telas para ahorrar costes en el proceso de creación de las prendas. El mercado era sin duda favorable para la marca.
Ese año sucedió además un hecho que convertiría a Hugo Boss en una de las marcas con más beneficios en Alemania: la invasión de Polonia por parte de las tropas nazis el 1 de septiembre de 1939. La maquinaria militar de Hitler se puso en marcha y alguien tenía que proporcionar la vestimenta a todos aquellos soldados que recorrerían medio mundo. El elegido, como no podía ser de otra forma, fue aquel sastre que trabajaba en Metzingen.
Durante la Segunda Guerra Mundial mantuvo esclavizados en su fábrica de Metzingen, en el estado de Baden-Wurttemberg a 180 prisioneros de guerra (140 franceses y 40 polacos). Los prisioneros, según el sitio web alemán «The Local», fueron «empleados» por Hugo Boss y vivían en pésimas condiciones en un campo de trabajo cercano a la fábrica. La higiene y los alimentos eran escasos y el ritmo de trabajo sangrante.
Después del final de la Segunda Guerra Mundial, Hugo Ferdinand Boss fue procesado y multado por su participación en la estructura nazi con 80.000 marcos, que si bien para el momento era muchísimo dinero, no hacía verdadera mella en las finanzas de Boss. 
A su muerte, en 1948, Siegfried Boss y Eugen Holly, yerno del fundador, tomaron las riendas del negocio y lo orientaron hacia “los triunfadores y los jóvenes hombres de negocios”, según reza la publicidad de la marca del año 1953. La empresa volvió a fabricar uniformes para trabajadores de correos y la policía. Presentó sus primeros trajes de vestir para hombre pero no se centraría en la ropa masculina de moda hasta 1970, cuando además empezó a operar internacionalmente. Actualmente pertenece en buena medida a un grupo de inversión británico.
Recién sesenta años después, la compañía ha publicado no solo un comunicado en su página web, pidiendo perdón y señalando su «más profundo pesar hacia aquellos que sufrieron daños durante sus trabajos forzados en la empresa de Hugo Ferdinand Boss bajo el régimen nacionalsocialista», sino que además costeó la edición de un libro que hablaba sobre los hechos, sobre todo por los datos que habían salido a la luz, que se estaban propagando rápidamente y que perjudicaban seriamente la imagen de la empresa (Como dicen los refranes: “Nada mejor que tomar el toro por las astas”, “Si no puedes vencerlos únete a ellos” y “Negocios son negocios”)

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