viernes, 26 de junio de 2020

ETIMOLOGIA DE FRASES MUY NUESTRAS “Es una perogrullada”


¿Quién no ha hablado alguna vez de las verdades de Perogrullo? Pero... ¿Saben realmente quién fue este personaje, si es que alguna vez existió? No puede afirmarse con certeza quién fue Perogrullo. Para algunos, fue un personaje quimérico; para otros, una persona de carne y hueso, asturiano para más datos.
El profeta Pedro Grullo, Pedrogrullo, Pero Grullo o Perogrullo, "que a la mano cerrada la llamaba puño", es un personaje paremiológico o de la literatura tradicional cuyo origen histórico es de difícil determinación. Su idiosincrasia es la de un personaje cómico, producto de la imaginación popular, pero existen hipótesis e investigaciones en las que se afirma que habría existido un Pedro Grullo real. 
En cualquier caso, en el habla corriente se identifica al personaje como el primer, o el más famoso, decidor de perogrulladas, que en realidad son tautologías retóricas, esto es, una afirmación obvia, vacía o redundante. Es repetición de un pensamiento expresado de distintas maneras. Algunas veces se la puede considerar repetición inútil y viciosa.  

Por ejemplo, como «explicaban» los seudomaestros a Monsieur Jourdain en El burgués gentilhombre, de Molière: «El calor es producido por una sustancia llamada calóricum».
En filosofía y otras áreas de las ciencias humanas, se dice que un argumento es tautológico cuando se explica por sí mismo, a veces redundante o falaciosamente. Por ejemplo, decir que "el mar es azul porque refleja el color del cielo y el cielo es azul a causa del mar" es una afirmación tautológica. Un ejemplo de dicho popular tautológico es "todo lo que está de más, sobra". "ha amanecido porque es de día.
Estas "verdades" formaron parte de coplas, muy cuidadosamente recopiladas y un autor tan afamado como Francisco de Quevedo y Villegas las intercaló en sus prosas. La incorporación en el uso coloquial de la expresión verdades de Perogrullo, se debe a la necesidad de expresar aquello que por evidente y consabido se hace ocioso anunciar y que el hecho de hacerlo, lo convierte en una verdadera “perogrullada”.

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