miércoles, 24 de junio de 2020

EL AUTOR Y EL DERECHO DE AUTOR


Proviene del término latino «auctor» que significa «fuente, promotor, impulsor», este a su vez se deriva del verbo latino «augere» que significa «agrandar, aumentar, mejorar». No es casual que de allí provengan palabras como “autoridad”, “autorización”, etc.
El autor es precisamente el centro de la creación, la fuente y el promotor.  
Desde la época del Renacimiento se concibió al autor como la persona que hace, inventa, elabora o realiza determinada obra teatral, musical, literaria, etc. Antes de esta epoca se pensaba que todas las obras eran resultado de la tradición oral y popular, lo cual hacía más común el anonimato. La presencia del autor trae consigo el establecimiento de sus derechos sobre la obra que ha creado en aspectos como, la licencia, la reproducción y difusión.
En literatura es claro que el autor es la persona física y humana, no un personaje literario ni ficticio, que ha escrito la historia, que tiene derechos sobre la obra y que por diferentes motivos ha decidido hacerla pública.
La noción de autor, como la conocemos hoy en día, surge en el Renacimiento, donde a diferencia de la Edad Media o la antigüedad, se concibe por primera vez al autor como creador responsable y origen de su obra. La nueva concepción surge con el cambio de la episteme (noción foucaultiana), por la cual la razón humana comienza a buscar el origen material de las cosas; este cambio viene acompañado por otras transformaciones, como la dignificación de la literatura profana y el nuevo énfasis en el individuo.
Michel de Montaigne en sus Ensayos concibe la relación entre la obra y él mismo, como la relación que existe entre un hijo y un padre.
“Jamás vi padre, por enclenque, jorobado y lleno de achaques que su hijo fuera, que no consintiese en reconocerlo como tal; y no es que no vea sus máculas, a menos que el amor le ciegue, sino porque le ha dado el ser. Así yo veo mejor que los demás que estas páginas no son sino las divagaciones de un hombre que sólo ha penetrado de las ciencias la parte más superficial y eso en su infancia, no habiendo retenido de las mismas sino un poco de cada cosa, nada en conclusión, a la francesa.”

Históricamente, la idea de autor ha cambiado en cuanto a su alcance. En la tradición oral de la Antigüedad, las historias se consideraban parte de la tradición o bien inspiradas por dioses, y los autores materiales solo transmitían una versión. Durante siglos, los autores han quedado en el anonimato y solo a partir de la Edad Moderna y especialmente en el Romanticismo, se reivindicó su papel como personalidad propia capaz de engendrar una obra única y original.
En términos jurídicos, un autor es toda persona que crea una obra susceptible de ser protegida con derechos de autor.
A su vez, la historia de los derechos de autor se inicia con los derechos y monopolios sobre la impresión de libros. El Estatuto de la Reina Ana, de origen británico, de 1710, cuyo título completo es Ley para el Fomento del Aprendizaje, al permitir las copias de libros impresos por los autores o de los compradores de tales copias, durante los tiempos mencionados en la misma, fue el primer reglamento que concibió de forma legal los derechos de autor. En un principio los derechos de autor solo se aplicaban a la copia de libros. Con el tiempo se contemplaron otros usos, tales como traducciones y obras derivadas, que quedaron sujetas a derechos de autor, y abarcan ahora una amplia gama de obras, que incluye mapas, obras teatrales, pinturas, fotografías, grabaciones sonoras, películas y programas de ordenador.

Hoy en día las leyes nacionales de derechos de autor se han normalizado en cierta medida a través de acuerdos internacionales y regionales, como el Convenio de Berna y la Directivas Europeas de derechos de autor. Aunque hay consistencia entre las leyes de propiedad intelectual de las naciones, cada jurisdicción tiene leyes distintas y separadas y diversos reglamentos sobre derechos de autor. Algunas jurisdicciones también reconocen derechos morales de los creadores, tales como el derecho a ser acreditado por el trabajo.
El copyright (literalmente "derecho de copia", en inglés; derechos de autor) son derechos exclusivos que concede el autor o creador de una obra original, incluido el derecho a copiar, distribuir y adaptar su trabajo. Los derechos de autor no protegen las ideas, solo su expresión o fijación. En la mayoría de las jurisdicciones los derechos de autor surgen de la fijación y no es necesario estar registrado. Los dueños de copyright tienen el derecho exclusivo legal para ejercer el control sobre la copia y todo tipo de explotación de las obras durante un período específico de tiempo, tras el cual se dice que el trabajo pasa a entrar en el dominio público. Los usos que están cubiertos por las limitaciones y excepciones al derecho de autor, como el uso justo, no requieren de permiso del propietario del copyright. Cualquier otro uso requiere el permiso y los propietarios de derechos de autor puede licenciar (autorizar) o transferir de forma permanente o ceder sus derechos exclusivos a los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario