martes, 2 de diciembre de 2014

Etimología de frases muy nuestras

"Agarrate Catalina"

Catalina pertenecía a una familia de trapecistas que trabajaban en un circo recorriendo los barrios porteños en los años cuarenta.
Por aquella época, además de muchas otras cosas, se adolecía de muchas medidas de seguridad.
De una familia circense, su bisabuela, su abuela y su madre habían muerto durante diversas actuaciones circenses.
La gente, que conocía su historia, a modo de cábala y antes de cada función le decía "¡Agarrate bien, Catalina!”.
Con el correr del tiempo la frase se fue deformando hasta llegar al conocido "Agarrate, Catalina”.
Antes de cada actuación, alguien del circo gritaba "Agarrate Catalina".
Hasta que una vez la persona que debía pronunciar la frase no estaba presente.
Así fue como la pobre Catalina terminó muriendo a los 25 años durante una función del circo en el barrio de San Telmo.
Se emplea para avisar que se debe estar alerta, ante una situación que no pinta fácil.


"No quiere más Lola"

Lola era el nombre de una galleta sin aditivos que a principios del siglo XX integraba la dieta de casi todos los hospitales de aquella época.
Cuando en aquellos nosocomios, alguno de las pacientes internados moría, los encargados de la limpieza y sobre todos las enfermeras que solían servir la comida, decían con pena: "Este no quiere más Lola".
Desde entonces hasta nuestros días, suele aplicarse ésta frase cuando alguien se da por vencido o ha renunciado a nuevos intentos para lograr algo.

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