sábado, 11 de julio de 2020

¿SABÍA QUE HAY UN PUEBLO ESPAÑOL DENTRO DE FRANCIA?

No es que esté en el medio de Francia, pero si está en territorio Francés.

Llívia, este curioso pueblecito español que se encuentra, desde hace 361 años en medio de Francia y rodeado completamente por territorios galos, como si de Asterix y compañía se tratara. Es lo que se denomina un «enclave» y está situado a cinco kilómetros de Puigcerda, la frontera oficial entre España y Francia, aunque pertenezca a la provincia de Gerona. Así ha permanecido durante casi cuatro siglos.

Como enclave con soberanía española dentro de Francia, Llivia se encuentra rodeada de 45 hitos fronterizos que solo un cartógrafo podría localizar hoy. Pero que, a pesar de todo, marcan la pequeña frontera circular de este reducto que, contaba con «un monte, dos ríos, tres pueblos [Cereja, Gorguja y la propia Llivia], cuatro puentes, varios senderos y poco más de un millar de habitantes». Según el censo de 2019, ahora son exactamente 1.417 vecinos, que tienen el inmenso orgullo de contar con la farmacia más antigua de Europa –recientemente convertida en Museo–, fundada en 1451.

Pero... ¿Cómo llegó Llivia a esta peculiar situación política y geográfica?
Ocurrió en 1659, con la firma del Tratado de los Pirineos entre Felipe IV y Luis XIV, que clausuró el conflicto iniciado entre ambos países un cuarto de siglo antes, durante la guerra de los Treinta Años. Este acuerdo afectó a la frontera, hasta el punto de que el Rosellón, el Vallespir, el Conflent-Capcir y treinta y tres lugares de la Cerdeña se convirtieron en una provincia francesa. De hecho, a partir de ese momento, Francia comenzó a ocupar un papel de primera potencia, mientras España profundizó en la crisis que ya padecía.

El hecho de que Llivia se quedara bajo la soberanía de España «se debió al tesón con que lo defendió Miguel de Salvà [consejero y diplomático de Felipe IV], durante las conversaciones que se mantuvieron en la Cerdaña para acabar de definir el reparto de territorios entre las dos monarquías», según explica Joan Capdevila en «Historia del deslinde de la frontera hispano-francesa» (Centro Nacional de Información Geográfica, 2009). El historiador catalán recuerda también como el Acuerdo de Llívia, que se cerró un año después, intentó imponer que el municipio no pudiera ser fortificado. La cláusula fue muy mal recibida en Madrid y se reclamó a París su anulación, que fue aceptada a mediados de abril de 1661.

Como la frontera coincidía con el término jurisdiccional de la villa y esta se encontraba por completo rodeada de territorio francés, se acordó establecer un camino que uniera el enclave con Puigcerdá, en España. A pesar de ello, la existencia de este pueblo español en medio de Francia pasó desapercibida para el resto de españoles.

«Llivia, objeto de discriminación por parte de Francia» en mayo de 1977, donde se explicaba que, «una vez más, el enclave español ante la reiterada actitud francesa de frenar todo lo que significa desarrollo y prosperidad para esta comunidad española situada en el país vecino. Los vecinos han denunciado la retención por parte del Gobierno galo de un millón de dólares que España había entregado a este pueblo para que construyese un paso a nivel».

A lo largo de esa década, otras noticias da cuenta de la actitud de Francia con respecto a los vecinos de Llivia, en una época en la que todavía no existía la libre circulación de la Unión Europea. Podría decirse que los llivienses vivían casi encerrados en su pequeño municipio de 12 kilómetros cuadrados. «Francia priva de agua a Llivia» , «La actitud de París con respecto a Llivia supone una violación unilateral del tratado de 1886» o «Se suprime por fin el régimen especial de intervención económica» que, «desde hace treinta años, prohibía a los vecinos de Llivia abrir un nuevo establecimiento comercial en su enclave» son solo algunos de los ejemplos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario