jueves, 9 de julio de 2020

LA LEYENDA DE LA CACA

Cuenta la leyenda que en la época del imperio romano, uno de sus pueblos estaba habitado por gente muy humilde, que dependía exclusivamente de su trabajo.
En aquella época, las clases más altas y pudientes de la sociedad romana, solían invertir mucho tiempo y dinero en el cuidado y la belleza de su cuerpo.
Fue así que a uno de los políticos -senador del imperio-, se le ocurrió que podría aprovecharse de aquella costumbre y fabricar una loción para lograr suavizar el cabello y hacerlo más dócil a la hora del peinado y poder acrecentar su ya sugestiva y sospechosa fortuna.
Intentó varias fórmulas, pero todas resultaban muy costosas y no daban el resultado esperado, hasta que finalmente, al comentarle su emprendimiento a otros senadores de su partido, surgió la esposa de otro senador con una idea innovadora, que no solo revolucionaría la creciente industria de las lociones para el cabello, sino que además les resultaría absolutamente gratis, ya que la materia prima a utilizar se encontraba a cada paso en la calle y en las casas: la caca de gato.
Si bien es cierto que al principio causó cierta aprensión, recelos, reparos y hasta algo de repugnancia entre los nuevos socios de la empresa, todos cambiaron de opinión al escuchar la idea completa que constaba en utilizar unos aromatizadores especiales de azahar y jazmínes, que todos proveerían de sus propios jardines, y así lograrían abaratar aún más los costos y además resolver el tema de la pestilencia.
Todo iba viento en popa y los senadores comenzaron a recaudar verdaderas fortunas ante el entusiasmo de las clases pudientes y hasta de mucha gente humilde del pueblo, que solicitaban cada vez más la mágica loción.
Pero una pequeña indiscreción (aparentemente de un opositor a los senadores de esa fracción política, que se había enterado de la procedencia non sancta de la materia prima utilizada) la hizo pública, generando un gran revuelo y mucha gente, horrorizada, dejó de comprarlo.
Los senadores, creyeron que todo se acabaría, pero nuevamente aquella esposa del político, sugirió que incentivaran monetariamente a conocidos artistas y personajes públicos de la época, incluyendo a alguna gente del pueblo, que al no tener dinero para alimentar a sus familias, les venía muy bien ese aliciente monetario. A cambio, ellos deberían defender contra viento y marea. los beneficios para la cabellera que les ofrecía la loción y demostrarlo utilizando grandes cantidades en sus cabezas.
Comenzaron muchas discusiones al respecto en los senos de las familias, enfrentamientos entre amigos, e incluso entre trabajadores de los mismos talleres artesanales. Unos a favor de la loción y otros denostándola.
A tal extremo llegaron las discusiones que se transformaron en peleas y hasta en verdaderas batallas campales.
La leyenda no cuenta cómo terminó la historia y ni siquiera si es que terminó alguna vez.
Lo único cierto es que hasta el día de hoy, es notorio que quienes son capaces de enemistarse con familiares, amigos o conocidos por defender a los políticos, es porque tienen caca en la cabeza!!!
H.D.M.

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