viernes, 10 de julio de 2020

¿DE DÓNDE PROVIENE LA PALABRA “CAGADA”?

No sé porqué se me habrá ocurrido, pero leyendo las noticias del día, tuve necesidad de averiguar de dónde provenía la palabra “cagada”.
Será tal vez que es inherente al ser humano y por ende –según la jerga popular- se trata de un uso y costumbre (sobre todo esto último) muy arraigado en la cultura popular desde que existe el hombre y sus ancestros: “mandarse muchas cagadas”. 
Es una terminología que se la suele asociar a la gente torpe, parejas infieles, jugadores empedernidos, presidentes de todo tipo, raza o religión y hasta a algunos con flojera de vientre.
No caben dudas que quienes poseen los récords más inexplicables cuando de cagadas se trata, a lo largo de toda la historia, son los políticos. (Las podemos llamar “cagadas” para nosotros -el pueblo-, porque para ellos siempre resultaron muy beneficiosas.) 
La palabra cagar proviene de una raíz indoeuropea muy antigua, que tendría más de 5000 años de antigüedad. Así es.  Esto demuestra que la humanidad no hace más que cagadas desde esa época.
Casi todas las lenguas romances tienen una palabra cognada (semejante, parecida) de cagar y todas ellas derivan del verbo latino cacāre (defecar) derivado del sustantivo caca “excremento”. Esa palabra no es exclusiva del latín y parece testimoniada en la mayor parte de ramas derivadas del antiguo proto-indoeuropeo.
En griego clásico encontramos κάκκη kákkē 'excremento', en antiguo irlandés tenemos cacc, en bretón kac'h y en galés cach de todas ellas podemos reconstruir el proto-céltico *kakkā. En lituano y letón tenemos kaka, y en ruso tenemos ка́ка (infinitivo: ка́кать kákatʹ). También en ramas más singulares tenemos cognadas: en armenio clásico tenemos քակոր kʿakor y en albanés moderno kakë. De todas esas formas debemos inferir que existió en proto-indoeuropeo la raíz *kak(k)- con el mismo significado.  En principio esta forma debía usarse hacia el 3500 a.C.; es posible que se remonte a una forma más antigua, pero ya es difícil de rastrear (ni siquiera por su aroma).
De todas maneras, ha sido absolutamente comprobado, -sobre todo en los tiempos que corren- que existes dos clases sociales, con evidentes –y aparentemente insolucionables- problemas digestivos, que los llevan a realizar las más grandes cagadas que se puedan ver: las clases política y judicial.
Alguien sugirió no hace mucho
-La política y la justicia deberían dar un vuelco importante!-
A lo que otro, con mucho tino, contestó
-Sí.  Pero con los que manejan adentro!!

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