domingo, 2 de agosto de 2020

PANTERO, EL LEGIONARIO ROMANO A QUIEN ALGUNOS ATRIBUYERON LA PATERNIDAD DE JESÚS DE NAZARET


 De antemano debemos hacer la advertencia que este artículo ha sido escrito a simple título informativo, sin opiniones personales y con la sola intención de aclarar ciertos puntos de discusión y las distintas posturas al respecto, para que cada uno saque sus conclusiones, al margen de las ideologías religiosas. 
Asimismo aclaramos que no es apto para creyentes acérrimos, pues podrían ser heridos en sus dogmas, en sus creencias y máxime que se trata de uno de los pilares en los que se funda el cristianismo católico.
Es simplemente para mentes abiertas, sin fanatismos y que aprecian saber y conocer un poco más de cada tema sin que ello deba adulterar sus propias creencias.

Aclarado esto, procedamos.

Seguramente todos hemos escuchado la afirmación de que Jesús nació de una mujer virgen cuando un ángel le anunció que concebiría al mismísimo hijo de Dios, o al mismo Dios y que ella, María de Nazaret, permaneció virgen antes, durante y después del parto.
Pues bien, J. Lallemant en su libro “Las verdades ocultas de la Biblia” expone justamente lo contrario pues, no sólo afirma que María no permaneció virgen –tanto que habría tenido más hijos– sino, lo que puede resultar más escandaloso a ojos de muchos, es que María fue violada o al menos tenía un amante: un legionario romano.
Para ello se basa en diversas fuentes como el Corán (en donde la familia de María la trata de una mujer licenciosa, (es decir de prostituta) porque llega embarazada sin haberse casado -aunque en últimas en el texto se le reconoce como un nacimiento milagroso-.
Otra fuente utilizada es el Talmud, las referencias de Celso y un texto conocido como Sefer Toled Yeshu del que a continuación ofrecemos su texto íntegro.

“S. T. Y. 1:1 Libro de la genealogía de Yesh”u (Jesús de Nazaret), hijo de Pandira, hijo de la impureza sexual.
1:2 He aquí que en el año 3671 en los días del Rey Janay3, una gran desgracia ocurrió en Israel, cuando se presentó cierto hombre de mala reputación de la tribu de Yehudah, su nombre era Yosef Pandira.
1:3 Él vivió en Beit-Lejem de Yehudah.
1:4: Y cerca de su casa moró una viuda con su hija que era hermosa quien se llamaba Miriam (María). Mir”iam era virgen (betulah- בתולה ) y estaba comprometida con Yojanan, de la Casa de David, un hombre “docto en la Torah y temeroso de Di-s”.
1:5 Y Yojanan se comprometió con Mir”iam en Beit-Lejem (Belén), la doncella humilde y respetable.
1:6 Pero Mir”iam (María) atrajo al hermoso villano Yosef Pandira.
1:7: Después de Motzae-Shabat (finalizar el sábado), Yosef Pandira, lucio como un atractivo guerrero y miro impúdicamente a Mir”iam, quien después golpeo la puerta y fingiendo que él era Yojanan su marido.
1:8 A pesar de esto, Mir”iam fue sorprendida por la conducta incorrecta y la violó contra su voluntad.
1:9 Después de eso, cuando Yojanan se enteró, Mir”iam expreso su asombro sobre el comportamiento tan extraño, pues ella supuso que se trataba de su prometido y, sometiéndole sólo contra su voluntad, le causó sorpresa este acto de su “piadoso” novio.
1:10 Yojanan sospechó de Pandira y comunicó sus sospechas al Rabán Shime’on ben Shetaj. Quien relacionó con él la trágica seducción.
1:11: Careciendo de los testigos requeridos para castigar a Yosef Pandira, y a Mir”iam, ésta quedó embarazada, y Yojanan sabía que no era de él, pero no pudiendo comprobar la parte culpable, huyo a Babilonia.”

Sin embargo, lo más impresionante es que el autor se basa en la misma Biblia y en la tradición cristiana que afirma que José no es el padre biológico de Jesús, y que en su concepción José contaba ya con 90 años de edad, sino que es sólo su padre adoptivo. Para Lallemant el argumento es sencillo: Un fantasma no puede fecundar un óvulo, no puede dejar embarazada a una mujer (aunque se han visto casos en lo que un espíritu o entidad sí llega a violar a una mujer) y, si José no es su padre, o bien ella adulteró y le fue infiel a José, o bien fue violada.

Ambas posiciones son terribles y, si lo vemos de ese modo, parece razonable, aunque una parte de nosotros quizás salta a defender la creencia que nos ha sido enseñada por siglos. Que Jesús, el hijo de Dios, o Dios mismo habría sido fruto de una violación es en términos prácticos también otra de las deducciones de tal afirmación.
Finalmente se termina de señalar que María fue violada por un soldado Romano de apellido Panter, o Pantera, y que el nombre verdadero de Jesús es Yeshua ben Pantera, que por intercambio de letras se convirtió en “parthena”, que en griego significa “virgen”.
Es decir, que no quería decir “hijo de la virgen”, “hijo de partena”, sino hijo de panthera, aludiendo así a su verdadero padre.
Sin embargo, J. Lallemant no ha sido el único en proponer esta hipótesis. Paul Verhoeven, el cineasta holandés y director de la película Bajos instintos también propone igual teoría y ambas parecen un calco recíproco, bien que toman como referencia los mismos textos, si bien Lallemant la desarrolla un poco más y dedica todo un capítulo a sistemáticamente derrumbar la virginidad de la madre de Jesús.

Tiberio Julio Abdes Pantera (c. 22 a. C.–40 d. C., (también escrito Pantero, Pandira o Pandera) fue un soldado romano cuya lápida se encontró en Bingerbrück, cerca de Bingen am Rhein, Alemania, en 1859.

Algunos estudiosos han procurado conectar a este legionario con el presunto padre de Jesús de Nazaret, hipótesis basada en la afirmación del antiguo filósofo griego Celso quien describió a Jesús como el resultado del adulterio de su madre María con un soldado romano llamado «Panthera».

El libro de Celso, “Discurso Verdadero” se ha perdido, por lo que la referencia se basa en la obra apologética de Orígenes, un cristiano, llamada Contra Celso (en latín: Contra Celsum).
El Talmud y los escritos judíos medievales conocidos como Toledoth Iesu, retomaron esta información, refiriéndose a Jesús de Nazaret como «Yeshu ben Pantera», que se traduce como «Jesús, hijo de Pantera».
Quienes defienden esta hipótesis sostienen que Tiberio Pantera podría haber estado sirviendo en la región en el momento de la concepción de Jesús. ​Históricamente, el nombre Pantera no es inusual y se usaba entre los soldados romanos.

La historia de que Jesús era hijo de un legionario llamado Pantera se menciona en el Talmud, en el que se entiende ampliamente que Jesús es la figura conocida como «Ben Stada»:

Se enseña que el rabino Eliezer le dijo al Sabio:
«¿Ben Stada no trajo hechizos de Egipto en un corte en su carne?» Le dijeron: «Era un tonto, y no traen evidencia desde un tonto». Ben Stada es Ben Pantera. El rabino Hisda dijo: «El esposo era Stada, el amante era Pantera». El esposo era «en realidad» Pappos ben Yehuda, la madre era Stada. La madre era Miriam «María», la peluquera de las mujeres. Como decimos en Pumbeditha, «Ella se habia separado (satath da) de su esposo» (b. Shabat 104b).​

Peter Schäfer explica este pasaje como un comentario diseñado para aclarar los múltiples nombres utilizados para referirse a Jesús, concluyendo con la explicación de que él era el hijo de «Pantera», amante de su madre, pero era conocido como «hijo de Stada», porque este nombre fue dado a su madre, siendo «un epíteto que deriva de la raíz hebrea/aramea sat.ah/sete' (‹desviarse del camino correcto, extraviarse, ser infiel›). En otras palabras, su madre Miriam también fue llamada ‹Stada› porque era una sotah, una mujer sospechosa, o más bien condenada, de adulterio».​ Algunas de las referencias nombran explícitamente a Jesús («Yeshu») como el «hijo de Pandera»: estas conexiones explícitas se encuentran en el Tosefta, pero no en el Talmud de Babilonia.

El nombre de Pantera resulta un tanto confuso porque mientras Tiberio Julio es latino, Pantera es de origen griego, lo que indica la probable nacionalidad de aquel militar, que quizá habría obtenido la ciudadanía romana recibiendo como premio el prenomen y nomen. Lo realmente curioso es el cognomen Abdes, que es semítico y deriva de la palabra aramea ebed (siervo de Dios), algo que parece reforzar la reseña a Sidón (un puerto fenicio). Se sabe que en la Judea de entonces era relativamente común llamarse Pantera, sobre todo en el ámbito castrense, acaso por asimilación a la fiereza del animal homónimo.

Eso proporciona una visión más amplia sobre este legionario en concreto, ya que estuvo alistado cuarenta años, casi el doble de lo acostumbrado (el servicio normal era por veinticinco años) y situamos geográficamente a la I Cohors Sagittariorum, de la que él podría haber sido portaestandarte (suponiendo que exs signifique signifer), acantonada en Judea durante el reinado de Tiberio, antes de ser redestinada a Germania. Hay, pues, una evidente vinculación del agnomen Pantera con la región de Palestina.

Ya en su momento Orígenes recriminó a Celso que no aportase ninguna prueba de su acusación sobre la paternidad de Jesús por decir que su madre fue «condenada por adulterio y tenía un niño por un cierto soldado llamado Panthera». Ciertamente, Celso no ofrece evidencia alguna de la veracidad de su teoría, cosa difícil pues de hecho apenas hay referencias documentales del Cristo histórico más allá de los evangelios y las reseñas de los clásicos hechas a partir de la obra del historiador judeo-romano Flavio Josefo.

Es posible que recordase las operaciones militares realizadas en Séforis (pueblo galileo cercano a Nazaret que Herodes Antipas rebautizaría como Autocratis tras restaurarlo después de un arrasador incendio) entre los años 10 y 3 a.C., aquellos en los que Cristo pudo ser concebido. En tal situación, Celso habría establecido un paralelismo entre el nombre Pantera, común en el ejército como decíamos, y la palabra griega parthenos, que significa virgen. Así, de Hijo de Pantero se habría pasado a Hijo de la Virgen.

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