jueves, 2 de julio de 2020

ETIMOLOGÍA DE FRASES MUY NUESTRAS "La suerte está echada"


"La suerte está echada"

Luego de salir airoso de la Guerra de las Galias, Cayo Julio César (100-44 AC) intentó retornar a Roma, pero se encontró con la fuerte oposición del Senado, cuyos miembros querían mantenerlo alejado del poder. Al cabo de algunas negociaciones infructuosas, no le quedó otra alternativa que dirigirse a la actual capital italiana. 
En su camino hacia la metrópoli, luego de cruzar el río Rubicón, habría dicho aquella inmortal frase. En las puertas de la ciudad lo espera su antiguo compañero de aventuras, Pompeyo (106-48 AC), otro célebre romano, para protagonizar una encarnizada lucha que dejaría a Julio César el mando del formidable territorio conquistado y gobernado por los romanos. Hoy la expresión se utiliza cuando uno sabe que las decisiones o las acciones han llegado a una instancia en la que ya no hay marcha atrás. Algún erudito, alguno que se la aprendió en la universidad y otros que quieren lucirse, suelen decirla en latín: “Alea iacta est”.

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