domingo, 9 de agosto de 2020

EL NAZI ROBERTO NOBLE, FUNDADOR DE CLARIN


La fundación de Clarín se produjo exactamente después del cierre de una revista llamada Clarinada (1937-1945), y hay quienes relacionan el cierre de una publicación con la apertura de la siguiente. En un artículo dedicado a la revista (“Un vocero antisemita en Buenos Aires: la revista Clarinada”), Daniel Lvovich, historiador de la Universidad Nacional de General Sarmiento, cuenta que Clarinada llevaba como lema “Revista mensual de propaganda argentina y contrapropaganda roja”. Pero que “a partir de 1940 ese lema se modificaría por otro que reflejaba de manera más exacta sus contenidos: el de Revista anticomunista y antijudía”.

Las biografías oficiales de Roberto Noble suelen pasar, mediante un salto interesante, de sus orígenes “socialistas” y su activismo en huelgas estudiantiles a su adscripción al desarrollismo. Más allá de que fue en años de la última dictadura, con su marido fallecido, cuando Ernestina Herrera de Noble comenzó a quebrar el pacto con los desarrollistas lo que colaboró con el ascenso indetenible de la actual cúpula directiva del holding, esas biografías omiten la relación que sostuvo Noble con lo peor de la cultura política de los años 30 y 40. Tras una etapa como legislador de la Concordancia el frente de conservadores y radicales antiyrigoyenistas que se impuso a fuerza de fraude, Noble asumió como ministro de Gobierno del caudillo conservador Manuel Fresco, emblema del “Fraude Patriótico” y un líder particularmente destacado en la lucha contra “el capitalismo judío, ateo y comunista”.

Pedofilia

Pero no solo al fascismo y al nazismo vernáculo adscribió el fundador de Clarín y su precursor Clarinada, Noble también se vio envuelto en un confuso episodio de pederastía que en su momento se denominó “escándalo de los cadetes del Colegio Militar” del año 1942, en que señores de la élite porteña organizaban fiestas en departamentos privados, a las que concurrían engañados muchos tiernos cadetes del instituto castrense, quienes eran abusados sexualmente por este rancio grupo de pedófilos, que además los fotografiaba para extorsionarlos para obtener nuevas presencias y silencio. Estallado el escándalo público, el juez que instruyó las actuaciones realizó varios allanamientos en Barrio Norte y detuvo a diversos hombres de prosapia. El caso concluyó con la condena de algunos de ellos y el suicidio del arquitecto Duggan, que integraba el grupo de condenados. En ese año 1942, Roberto J. Noble publicó una solicitada en los diarios, negando haber participado en aquellas “fiestas negras”, como se comentaba insistente y públicamente en los distintos corrillos políticos y sociales.

Roberto Noble, en 1927, en el Partido Socialista, y a poco de andar demostró su audacia: como lo señalara Luis A. Sciutto (Diego Lucero) en la biografía por encargo publicada en 1979, había participado activamente en el golpe de Uriburu del 6 de septiembre y fue “uno de los seis únicos civiles de la primera línea en aquellos actos determinantes del derrocamiento de Hipólito Yrigoyen”. Pronto se abrió del Partido Socialista, con la escisión que encabezaron Antonio Di Tomaso y Federico Pinedo (actores relevantes de la Década Infame como ministros de Agricultura y de Hacienda de Agustín P. Justo). De la mano de Pinedo y Di Tomaso, Noble hizo profesión de fe ultraliberal y, como todo converso, no se privó de ningún gesto para hacer creíble su acto de fe. Fue elegido diputado nacional en 1932, como parte de la Concordancia a expensas de la proscripción del radicalismo yrigoyenista, y no vaciló, al año siguiente, en ratificar legislativamente el pacto Roca-Runciman (Ley 11.693), el mayor tratado histórico de prosternación de la Argentina ante el Imperio Británico. De este tratado vergonzoso, sólo la oligarquía ganadera exportadora de carne enfriada fue la gran beneficiada.

Cuando en 1936 el gobernador Manuel Fresco le ofrece a Noble hacerse cargo del Ministerio de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, este lo acepta de inmediato. Ya ha dejado atrás su declamado liberalismo y adoptado sin hesitar la ideología nazifascista como miembro de la agrupación Afirmación Argentina. Al igual que su ahora jefe, cuelga la foto de Mussolini en su despacho y escribe, entre otros gestos de adhesión, una carta pública expresando su admiración por el Duce.

Decía Noble:

“Mussolini es el modelo viviente del moderno hombre de Estado, y en lo que al genio de su raza se refiere, constituye una expresión y egregia de la excepcional capacidad que el pueblo italiano ha demostrado en todos los tiempos de producir ejemplares humanos dotados de amplitud universal, de fantasía creadora y temperamento ejecutivo, síntesis que justifica por sí misma la existencia de la especie y la encumbra como portadora de lo supremos valores morales y espirituales en el mundo (.) Los argentinos nos regocijamos con alegría de hermanos, por la gloria de Italia y de Mussolini.”

El nazismo y antisemitismo de Noble no era objeto de ocultamiento: el 10 de abril de 1939, al realizarse un gigantesco acto en el Luna Park de adhesión al ‘Tercer Reich’, con gran despliegue de banderas con la cruz esvástica y abundantes cánticos contra los judíos, los comunistas y la francmasonería, contó con la presencia del gobernador Manuel Fresco, acompañado por su ministro de gobierno, Roberto J. Noble, como bien ha recordado Herman Schiller. Ese mismo año dejó su cargo por presión del gobierno de Roberto Ortiz. Ninguno de los ministros de Fresco –ni este mismo, por supuesto– se retiraron pobres de la función pública. Noble montó un establecimiento ganadero “modelo” en Lincoln, que llamó Estancia Santa María.

A partir de su muerte, sería su medio quien se perpetuaría en una interminable secuencia de giros que irremediablemente volvían a su origen. Así se convertiría en desarrollista; hasta llegar a concretar su giro y ponerse al servicio de un nuevo gobierno nazi fascista, el de Jorge Rafael Videla; Emilio Massera y Rafael Agosti, del que como siempre supo hacer obtuvo jugosos resultados económicos.



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