jueves, 30 de julio de 2020

¿SABE CÓMO SURGIERON “LAS LEYES DE MURPHY”?


Siempre me han seducido estas leyes con cierto tono negativo, por cuanto se presentan –según sus enunciados- como innegables disparadores de equívocos, altercados, conflictos, etc., elementos indispensables para desarrollar las comedias de enredos que tanto amo.
Precisamente una de esas “leyes” (No hay nada tan malo que aún no pueda empeorar), dio origen a la comedia “Un mal día”, y no hace mucho tiempo atrás, otra, originó una nueva comedia que lleva por título justamente la ley a que hace referencia “Todo puede empeorar”
De allí, mi profundo agradecimiento a Murphy.

Para empezar, las leyes de Murphy, no son leyes en realidad (se le conoce como "ley" porque así la difundieron los medios cuando el capitán Stapp explicó de que trataba (que era una especie de broma llamarla así, tal vez como "la ley del revolver"). Este enunciado es en realidad una regla de control de calidad, que se fue conformando de manera empírica y que procura prever todo lo que pueda salir mal antes de ser llevado a cabo, ponerlo en producción y/o a la venta. Y dice algo muy simple:

"Todo lo que pueda fallar, fallará y lo hará en el peor momento"

Pues bien, la Ley de Murphy se ha mencionado indiscriminadamente sin saber su origen ni motivaciones y eso la ha llevado más allá de lo que originalmente representaba, para convertirse en chistes, una excusa para el fracaso, juegos semánticos y otras expresiones de la cultura popular.

Pero, a todo esto ¿de dónde viene la famosa Ley de Murphy?  ¿Murphy existió en verdad?

Pues en principio, sí que ha habido un Murphy, y esta es su historia.

La teoría de la ley de Murphy se le atribuye a un ingeniero aeroespacial de Estados Unidos llamado Edward A. Murphy. Edward trabajaba para la Fuerza Aérea y era el encargado de los sistemas de seguridad de proyectos tan importantes como el Apolo o el helicóptero Apache.

Se cuenta que todo comenzó en 1949 con un plan llamado MX100 destinado a probar la fuerza G que una persona era capaz de resistir en una frenada muy brusca. Las pruebas usaban un cohete sobre rieles con una serie de frenos en un extremo.

Aunque para realizar este tipo de experimentos se usaban muñecos parecidos a los que se siguen usando hoy en día en las pruebas de seguridad de vehículos, John Paul Stapp[4] , capitán al cargo de aquélla prueba, se ofreció como reemplazo del muñeco en el experimento de la desaceleración. La conclusión fue que las sensaciones descritas por el capitán no cuadraban con las medidas que arrojaba el instrumental que estaban utilizando.

Edward Murphy sugiere entonces colocar otros sensores en el arnés del capitán para poder medir la fuerza ejercida sobre ellos y le encomendó la tarea a su asistente. Este último no colocó bien los sensores y la prueba no dio ningún tipo de resultado.

Al comprobar las causas del fallo, Murphy se percató de que los cables estaban colocados al revés y tras echar la bronca a su asistente dijo algo parecido a :”Si hay una forma de que esto pueda salir mal, esta persona la encontrará ”.

Sus compañeros de trabajo comenzaron a hablar sobre el incidente y a referirse a este episodio como "Ley de Murphy". Con el tiempo evolucionó a algo más general como: “si puede ocurrir, ocurrirá”.

Tiempo después la frase salió a la luz durante una conferencia de prensa en la que se le preguntaba Stapp por qué nadie resultó herido durante las pruebas. Fue cuando él explicó que fue porque se tuvo en cuenta la ley de Murphy y explicó en qué consistía.
También hay otras versiones. Algunos, incluyendo a Robert Murphy, el hijo de Edward, niegan la versión de Nichols y sostienen que la frase la enunció el propio Edward Murphy. De acuerdo con Robert, la frase de su padre fue algo así como «Si hay más de una forma de hacer un trabajo y una de ellas culmina en desastre, alguien lo hará de esa manera»

Un ejemplo frecuentemente citado de esta tendencia a enfatizar lo negativo, es que, cada vez que una rebanada de pan untada de mantequilla cae al suelo, la gente tiende a recordar más vívidamente las veces en que cayó con el lado de la mantequilla hacia el suelo, puesto que si cayera con la mantequilla hacia arriba tendría menos consecuencias. Por lo tanto, uno tiene la impresión de que el pan siempre cae con la mantequilla hacia abajo, sin importar la verdadera probabilidad de cada ocurrencia.

Leyes como la de Murphy son una expresión directa de tales perversidades en el orden del universo. Existe una demostración física para el hecho de que efectivamente la tostada tiene mayor probabilidad de caer del lado de la mantequilla, pero es debido a otros factores. El factor principal es la altura de la mesa, por la que la tostada tiene 'tiempo' de darse media vuelta, no por el peso de la mantequilla como errónea e intuitivamente se supone, sino por la rotación propia a las condiciones iniciales de la caída, pero no hay altura suficiente para dar más de media vuelta.4​ Robert Matthews, investigador de la Aston University, en Birmingham, recibió en 1996 el Premio Ig Nobel de física por un estudio sobre un derivado de la ley de Murphy, es decir, por la demostración del caso de la tostada con base en las constantes fundamentales5​

Se han producido variaciones diversas de la ley y sus corolarios, muchas de ellas con apariencia de metaleyes de alguna clase. Por ejemplo, el modelo del pan con mantequilla podría formularse así: «La probabilidad de que una rebanada de pan untada de mantequilla caiga con el lado de la mantequilla hacia abajo, es proporcional al precio de la alfombra».

Otro ejemplo de analogía ocurre cuando se está haciendo una larga cola para pagar en el supermercado, tu fila no avanza, ves de repente que la otra fila está más corta y avanza mucho más rápido, decides pasarte a esta, y tu fila inicial comienza avanzar y en la que decidiste pasar, comienza a tener demora para pagar. Un claro ejemplo que creo- todos hemos experimentado y que suele sacarnos de quicio.

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