sábado, 22 de agosto de 2020

¿QUIÉN INVENTÓ EL CHICLE?



El origen del chicle moderno se localiza en las selvas del norte de Centroamérica y sureste de México, en la región del Petén, epicentro de la cultura maya

La recolección de la savia de uno de los árboles más comunes de este paraje, daba como resultado la primigenia goma de mascar.

El proceso comenzaba con la realización de incisiones en zigzag sobre la corteza del mencionado árbol y, después de un proceso de secado, se obtenía un producto masticable que los mayas empleaban para limpiarse la boca y los dientes, e incluso para entretener el hambre en los rituales de ayuno.

Con el “sicte”, como ellos lo denominaron, comerciaron con pueblos vecinos como los aztecas, que pasaron a llamarlo “tzictli” (pegar), de donde pasaría al castellano como chicle.
La palabra chicle proviene de la voz náhuatl tzictli, que puede traducirse como ‘cosa pegajosa’.

Originalmente, se refería a la resina gomosa que fluye del tronco de un árbol conocido como chicozapote, también llamado Manilkara zapota, que es originario de las selvas México y Centroamérica.

Esta goma, de origen natural, era utilizada por los antiguos habitantes de Mesoamérica (los aztecas y los mayas, por ejemplo)

De allí, pues, que hoy en día la palabra chicle haga referencia a una pastilla aromatizada y saborizada, de textura semejante a la goma, que se mastica pero no se traga.

Sin embargo, conviene acotar que en nuestros días ya no es utilizada la savia del chicozapote para fabricar este producto.

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