viernes, 12 de diciembre de 2014

Teatreando

"Supersticiones en el teatro"

Si existe una profesión en donde se puede afirmar que la superstición casi se ha generalizado, es justamente en el teatro.  Un infinidad de actores, directores, autores, ayudantes, técnicos, etc., mantienen vigentes una gran cantidad de estos dichos, supersticiones y cábalas  tradicionales, aunque muchas veces no se tenga conocimiento de donde provienen o cuales fueron sus orígenes.
La prohibición de silbar dentro de una sala de teatro, para los integrantes de un elenco, es una de ellas, y quien lo haga, incluso inocentemente, recibirá ciertamente una reprimenda o al menos será mirado con malos ojos, aunque muchos desconozcan el porqué.
Ésta extraña superstición data de la época en que por falta de tecnología los artistas y encargados de los efectos especiales y la musicalización no tenían otra forma de comunicarse más que mediante silbidos codificados, los que llegaban a formar un verdadero lenguaje propio, por lo que si un integrante del elenco o una persona ajena al equipo ya sea con buena o mala intención silbaba, podía ocasionar confusiones y fracasos en la obra.
Otra de las viejas supersticiones, tiene que ver con los encargados de limpieza que no deben dejar escobas sobre el escenario, porque ello "barrería" con el público y no irían a ver la obra. "Mi mujer es el plomero" es un claro ejemplo que no son más que supersticiones, ya que a pesar de haber siempre una escoba en el escenario, el éxito en todos los lugares de habla hispana donde se representó, demuestra todo lo contrario.

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