TEATREANDO
“EL TEATRO EN LA ROMA ANTIGUA”
(Parte I)
El Teatro en Roma tuvo una fuerte
influencia del Teatro Griego. Sin embargo pronto se convirtió en un entretenimiento.
Por eso, no es de extrañar que la forma más popular fuera la comedia. El gran
periodo de creación dramática romano empezó en el siglo II a.C. y se destacaban
las comedias de PLAUTO y TERENCIO, que eran adaptaciones de la comedia nueva
griega. Las obras se basaban en una intriga de carácter local, aunque las de
Terencio también aportaban un valor didáctico. Las piezas tenían una estructura
muy dinámica, parte de ellas era cantada y eran del gusto del público.
El teatro floreció muy pronto en Roma gracias a la aparición de Livio
Andrónico quien fuera llevado a Roma como esclavo por Lucio Livio en el Siglo
II a.C.
Escribió tragedias según los modelos griegos, de las cuales nos quedan
solo algunos títulos así como también algunas comedias completas y algunos
fragmentos.
Después de Livio Andrónico hubo otros grandes autores, que dominaron la
escena romana durante todo el periodo republicano de los cuales nos quedan sólo
títulos y fragmentos de obras, con la excepción de Plauto (veinte comedias
completas) y de Terencio (seis comedias completas).
El Teatro en Roma tuvo una fuerte
influencia del Teatro Griego. Sin embargo pronto se convirtió en un
entretenimiento. Por eso, no es de extrañar que la forma más popular fuera la
comedia. La comedia, -especialmente las de Plauto y Terencio-, es un género que
se representaba con toda seguridad en el siglo I d.C. aunque también se
representaban comedias en griego.
Los actores llevaban máscaras y
trajes cómicos. El mimo, que generalmente no utilizaba máscaras, para poder
representar la divertida farsa, debía hacer una excepción para que el juego de
equívocos resultase más creíble. La mímica por sí misma en este caso no era
suficiente.
Tras el siglo primero, la comedia se
representó raramente, siendo sustituida por el mimo, tal como ocurrió con la
tragedia, que fue suplantada por el pantomimo.
Citarodia
En la época helenística se impuso el
uso de concursos de citarodia, donde los intérpretes cantaban piezas de
diversos géneros, también teatrales, acompañándose con la cítara.
Temas de tragedias se cantaron
frecuentemente. Nerón amaba mucho este género de exhibiciones. Rivalizó con
grandes actores.
En todo el periodo imperial, las
citarodias tuvieron un gran éxito y los mejores intérpretes. Se extendió la
costumbre de componer música basándose en fragmentos extraídos de tragedias
clásicas y cantarlas acompañándose con la cítara. Estos cantores probablemente
trabajaban también en el pantomimo.
Atelana
La farsa atelana, invención de los ascos
de Atella, se conocía en Roma ya en el siglo II a.C. Eran farsas populares
improvisadas de tono satírico; mezcla de versos y de prosa intercalada con
términos rústicos; se empleaban máscaras fijas, cuyos nombres eran: Dossennus,
Maccus, Bucco, Manducus, Pappus. Con el transcurrir del tiempo, las farsas
atelanas se emplearon al igual que los dramas satíricos como apéndice de las
tragedias (exodia). En la atelana, los papeles femeninos eran interpretados por
actores de sexo masculino que eran libres y que escondían su identidad mediante
máscaras.
A veces los actores se dejaban
llevar por una arriesgada tentación: criticar a los poderosos. Por esta razón
sufrieron trágicas consecuencias, como aquel actor que arremetió contra
Calígula y fue quemado vivo en el anfiteatro por orden del emperador. Este
género teatral tuvo éxito durante todo el periodo imperial, como demuestran las
numerosas estatuillas y máscaras de terracota que representan los tipos
característicos de la atelana, procedentes de todos los rincones del Imperio
romano.
El gran periodo de creación
dramática romano empezó en el siglo II a.C. y se destacaban las comedias de
PLAUTO y TERENCIO, que eran adaptaciones de la comedia nueva griega. Las obras
se basaban en una intriga de carácter local, aunque las de Terencio también
aportaban un valor didáctico. Las piezas tenían una estructura muy dinámica,
parte de ellas era cantada y eran del gusto del público.
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