A CUIDARSE DE ALGUNOS AUTORES!!!
“DE ASESINOS A ESCRITORES Y DE
ESCRITORES A ASESINOS”
(5 historias verdaderas, que parecen
de novela!!!)
THOMAS GRIFFITHS WAINEWRIGHT
Un personaje extravagante, admirado
en los círculos artísticos británicos de principios del siglo XIX y al mismo
tiempo conocido para la posteridad como «el envenenador de Londres». Hijo de
escritores, Thomas se ganó una notable reputación como pintor y poeta,
publicando sus obras en las revistas literarias más importantes del momento.
Debido a sus hábitos extravagantes, que lo hacían algo así como un dandy, los asuntos
financieros de Wainewright estuvieron muy comprometidos. En 1830, aseguró la
vida de su cuñada, Helen Abercrombie, con diversas compañías por un monto de
£18.000 y, cuando murió en diciembre del mismo año, el pago fue rechazado
debido a una tergiversación. Wainewright se retiró a Boloña en plena Monarquía
de Julio francesa. Allí fue aprehendido por las autoridades como sospechoso y
fue encarcelado por seis meses. Tenía en su posesión una cantidad de estricnina
y se sospechó que había envenenado no solo a su cuñada, sino a su tío, su
suegra y a un amigo de Norfolk, aunque estos cargos nunca fueron probados.
Regresó a Londres en 1837, pero fue
nuevamente arrestado por un cargo de falsificación de trece años de antigüedad
y por una transferencia de acciones. Parecería que las autoridades utilizaron
el caso de la falsificación insostenible para condenarlo de por vida por los
asesinatos que no podían probar. Fue enviado a Hobart, Australia, a donde llegó
el 21 de noviembre de 1837. Mientras estuvo en prisión se le preguntó por qué
había envenenado a su cuñada Helen Abercrombie, a lo que replicó «Sí, fue una
cosa terrible de hacer, pero tenía tobillos muy gruesos». Sus influencias
sociales le libraron de morir en la horca, pero a cambio fue deportado a Australia,
donde cumplió trabajos forzados. Su caso inspiró a otros muchos escritores de
la época, como Charles Dickens y Oscar Wilde; este último relató sus hazañas
literario-criminales en una obra titulada Lápiz, pincel y veneno.
VLADO TANEVSKI
Periodistas que se han inventado
noticias ha habido muchos, pero que hayan creado ellos mismos un suceso para
escribir sobre él, no hay tantos. El reportero macedonio Vlado Tanevski,
periodista especializado en sucesos y autor de novelas de suspense en sus ratos
libres, fue detenido en el 2008.
Sus víctimas fueron Mitra Simjanoska de 64 años y que desapareció el 16 de
noviembre de 2004 después de un viaje al mercado. Su cadáver fue encontrado el 12 de enero de
2005. La habían estrangulado, atado, torturado y violado, y había estado muerta
por menos de dos semanas.
Ljubica Licoska, de 56, desapareció a principios de noviembre de 2007
después de ir a comprar comestibles y fue encontrada muerta el 3 de febrero de
2008. Había sido estrangulada, atada, golpeada y violada, y había estado muerta
solo unos pocos días.
Zivana Temelkoska de 65, desapareció el 7 de mayo de 2008
después de un engaño sobre el hospital de su hijo, y encontrada el 16 de mayo.
Había sido torturada, violada, estrangulada y atada con cuerdas telefónicas.
Todas estas mujeres eran limpiadoras
pobres y sin educación, que era también como la madre de Taneski se había
ganado la vida. Las víctimas habían conocido personalmente a la madre de
Taneski, lo que pudo haber sido la razón de su selección como víctimas.
Lo curioso del caso es que la pista
que puso a la policía detrás de él, fueron sus propias crónicas periodísticas.
Eran tan detalladas, tan precisas y contenían tantos detalles que los
investigadores no habían querido que trascendiesen, que al final los detectives
encargados del caso llegaron a una conclusión: solo una persona puede saber
tanto sobre los crímenes, el asesino. Hay que decir que Vlado tuvo un final
realmente novelesco: apareció muerto en su celda, con la cabeza metida dentro
de un cubo de agua. La versión oficial fue suicidio (sin dudas, una forma muy
extraña de “suicidarse”)
KRYSTIAN BALA
En el año 2000, en Polonia, apareció
el cadáver de Dariusz Janiszewski, propietario de una agencia de publicidad, en
Breslavia (al sur de plonia), flotando en las aguas del río Oder. La policía
cerró el caso tres años después tras no haber encontrado ninguna pista, ya que
no había podido resolver el asesinato, hasta que uno de los agentes que
investigaron el caso leyera una novela titulada Amok, escrita por Krystian Bala
y en la que se describía minuciosamente un crimen idéntico a aquel.
Curiosamente, la palabra que daba título a la novela, “Amok”, fue la pista que permitió a la policía tirar
del hilo y demostrar que Bala había sido el asesino, y todo porque un asesinato
muy similar aparecía en la primera novela de Bala, en el 2003, publicada tres
años después del asesinato de Janiszewski.
La palabra Amok se usa en algunas
lenguas centroeuropeas para definir una furia homicida ciega. El caso atrajo
una amplia cobertura mediática en Polonia. Además, se descubrió que un teléfono
celular con el que se había llamado a la víctima el mismo día de su
desaparición había sido subastado en internet por Bala, cuatro días después.
En 2007, el tribunal de apelación
ordenó un nuevo juicio del caso, donde se concluyó que era culpable. En 2008 se
ratificó esta sentencia, y fue condenado a 25 años de prisión. Bala asegura que
es inocente, y que se basó en los artículos periodísticos sobre el caso para
escribir el libro. En prisión, está preparando
su segunda novela.
ALFONSO VIDAL Y PLANAS
Este autor solo ha conocido un éxito
en su vida. Fue la novela “Santa Isabel de Ceres” que narra el amor de un
pintor por una prostituta a la que intenta redimir.
Posee contenido
autobiográfico, ya que también Vidal y Planas sacó de una mancebía a la que
sería su mujer, Elena Manzanares., Posteriormente, la transformó en obra de
teatro y que se mantuvo hasta tres meses consecutivos en la cartelera madrileña
con un lleno absoluto. Podría haber sido el inicio de una gran carrera como
autor teatral, pero en 1923, este escritor -conocido por ser inestable,
violento y polemista-, asesinó el 2 de marzo a su socio Luis Antón del Olmet en
el Saloncillo del Teatro Eslava de Madrid, un periodista venal que igualmente
escribía como bolchevique que adulaba a Alfonso XIII y director de El
Parlamentario.
Luego vendrían nuevos dramones lacrimógenos
como “Los gorriones del Prado”, cuyo estreno coincidió con el crimen del Teatro
Eslava, en el que Vidal y Planas, una vez más pero ahora como multiplicado
protagonista del trágico suceso. Primero como víctima (su amigo, el también
escritor Luis Antón del Olmet, se acostaba con Elena Manzanares, su enamorada,
a la que había rescatado de una casa de mala nota) y, después, como matador a
tiros de ese mismo Olmet en los pasillos del teatro de la calle del Arenal. Era
el primer día de marzo de 1923. Tan sólo veinte días después, y en la cárcel
Modelo de Madrid donde cumplía arresto, se casaban Elena Manzanares y Alfonso
Vidal y Planas.
Reacio, en principio, a solicitar el
indulto, sin embargo, al fin accedería que lo hicieran por él y saliendo libre
en 1926.
Afiliado a la CNT, tras la guerra
civil se exilió a Estados Unidos llegando a conseguir el puesto de Catedrático
de Literatura por la Universidad Indianápolis.
JOHANN UNTERWEGER
Johann "Jack" Unterweger
(16 de agosto de 1950 – 29 de junio de 1994) fue un asesino en serie austríaco
que mató 12 prostitutas de diferentes países, y luego de su primera condena por
homicidio cobró notoriedad como escritor.
Se puede ser buen escritor y a la
vez mala persona. Hay muchísimos ejemplos.
En 1971 Unterweger fue condenado a
cadena perpetua después de haber estrangulado a una prostituta con su propio
sujetador. En su declaración explicó que lo había hecho porque la joven le recordaba a su madre:
“Creí ver a mi madre delante de mÍ y la
maté”. La madre de Jack era una prostituta que siempre tuvo problemas con la
ley, lo abandonó cuando era muy pequeño; lo dejó con su padre muy abusivo y
alcohólico. Al abuelo le gustaba golpearlo hasta que sangrara, también llevaba
prostitutas a casa y obligaba al pequeño Jack a emborracharse con ellas. Por
ello, la vida adolescente de Jack no fue nada fácil. Incluso antes de matar a
la primera prostituta durante un tiempo fue un proxeneta.
Suprimera víctima fue en 1974. Jack
asesinó a una mujer alemana de 18 años, Margaret Schäfer; Margaret había sido
agredida sexualmente y golpeada con una varilla de acero, estrangulada con su
propio sostén y luego arrojada al bosque para que se pudriera. En el juicio,
Jack lloró mucho, juró que lo sentía y rogó para que le dieran una segunda oportunidad.
Fue condenado a cadena perpetua.
En la prisión, Unterweger escribió
cuentos, poemas y obras de teatro donde mostraba su lado más sensible y una
sorprendente pericia en el oficio de las letras. Una de sus piezas, titulada “La comedia
infernal”, alcanzó gran notoriedad hasta el punto de que fue estrenada con John
Malkovich como protagonista..
También se atrevió con una
autobiografía titulada Fegefeuer (“Purgatorio”). De forma asombrosa estos
textos encontraron lectores al otro lado de los muros de la cárcel y Unterweger
acabó siendo un autor muy leído e incluso admirado. Tanto que dos Premios
Nobel, Günter Grass y Elfriede Jelinek llegaron a solicitar su indulto.
Las presiones surtieron efecto
porque, lejos de cumplir la cadena perpetua, Unterweger fue liberado en 1990,
convertido en un ejemplo a nivel nacional del éxito del programa de
rehabilitación de reos de la República de Austria. El asesino había mutado en
escritor, el demonio era ahora un ángel arrepentido. De este modo, su presencia
en charlas y programas de televisión se convirtió en algo habitual.
Jack se convierte en una celebridad.
El nuevo escritor fue un invitado a todos los programas de entrevistas
importantes. Apareció en las portadas de las revistas. Pasó de la cárcel, a
vivir con muchos privilegios. Vestía con elegancia y siguió escribiendo en
revistas. Todo era como un cuento de hadas, pero…
Una prostituta fue encontrada
estrangulada en septiembre de 1990. Fue descubierta portando solo su anillo de
bodas y calcetines. Estaba desnuda, había sido brutalmente golpeada, agredida
sexualmente, estrangulada con sus propias medias y abandonada en el bosque,
cubierta de hojas.
Pronto se encontró otra víctima, y
luego otra. Jack mató a seis en el año 1990. La mayoría eran prostitutas.
Todas fueron asesinadas de la misma
manera; asaltadas sexualmente (a menudo con un objeto como la rama de un
árbol), estranguladas con su propia ropa (generalmente un sostén), y
abandonadas en el bosque. Lo curioso de todo es que Jack escribía artículos
sobre crímenes reales para una revista.
En junio de 1991, Jack voló a Los
Ángeles para escribir un artículo sobre las diferencias en la forma en que se
trataba a las prostitutas en los Estados Unidos frente a Austria. Aprovechó
para matar a 3 prostitutas estadounidenses, llamadas Shannon Exley, Irene
Rodríguez y Sherri Ann Long. Un detective retirado se puso a investigar y supo
que dos de las tres asesinadas habían sido vistas con Jack.
Mientras Jack continuaba en Estados
Unidos, la policía austriaca estaba investigando a Jack; buscaron en su
propiedad y encontraron una bufanda roja que combinaba perfectamente con las
fibras encontradas en una de sus propias víctimas. Cuando Jack regresó a su
casa en Austria, un amigo le informó que era buscado por varios asesinatos.
Jurando nunca volver a la cárcel y suicidarse si lo hiciera, Jack y su amante
de 18 años huyeron a Canadá y luego se colaron en los Estados Unidos.
En febrero de 1992, tras ser
detenido fue extraditado a Austria, donde sería juzgado por sus 11 asesinatos
conocidos: uno en la República Checa, 3 en los Estados Unidos y 7 en Austria.
En el juicio, Jack fue declarado culpable y enviado de vuelta a prisión, donde
cumplió rápidamente su promesa de no volver a vivir en prisión. El 29 de junio
de 1994, solo 4 años después de ser liberado por primera vez, Jack se ahorcó en
su celda.
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