¿De dónde surge la expresión ‘ir al grano’ para referirse a algo rápido y conciso?
El origen lo encontramos en la trilla, que es la acción de separar el grano de la paja o dicho de otro modo, sacar la semilla del tallo/caña en el que crece.
Esa semilla es lo que mayoritariamente interesa a muchos de los cultivadores de cereales, de ahí que al realizar la trilla lo primero que hacen es recoger el grano del que posteriormente saldrán numerosos productos alimentarios.
Es habitual que se utilice de manera común el término ‘paja’ para referirse a lo que tiene poca importancia y al ‘grano’ a la esencia de lo que nos importa/interesa saber, por lo que podemos encontrarnos con expresiones como “Déjate de paja y ve al grano"
sábado, 22 de agosto de 2020
CUENTO: LA OREJA
Su vida era tan apacible como tranquila y sus días trascurrían sin demasiados contratiempos, más que los habituales. Lo llevaron, como ocurre tantas veces, a la fuerza y con engaño.
Nunca quiso ni se propuso estar ahí. Pero lo único cierto es que allí estaba y había que defenderse como se pudiera.
Como la mayor parte de las veces, las luchas premeditadas o programadas, suelen ser desiguales. Las ventajas y desventajas se miden por el grado de ambición e insensibilidad de quienes concretan el negocio.
Nada nuevo a estas alturas y sin embargo nada tan despreciable, vil y deleznable como el jugar con la vida ajena.
Y allí se encontraba. Frente a su enemigo.
No lo sabía, ni nadie se lo había siquiera insinuado, pero intuía que se trataba de una lucha a vida o muerte.
Varias veces tuvo que enfrentarse a distintos adversarios, pero en todos ellos, sus oponentes mantenían al menos, sus mismas características.
Esta vez era distinto. Si bien siempre confió en su instinto y su fuerza, había algo en su contrincante que lo hacía moverse con inusual cuidado y precaución. Tal vez por su olor, su vacía, desconfiada y traicionera mirada o por su engreída actitud, lo cierto es que había que tener mucho cuidado.
La cuestión primordial era defenderse. Y sabido es, que muchas veces, la mejor defensa es el ataque. Así que no quedó más alternativa que atacar. Los gritos de la gente que vociferaba desde afuera, presagiaban malos resultados. Por lo visto nadie estaba a su favor. Si bien estaba acostumbrado a no necesitar ayuda, sabía que tampoco ésta vez la obtendría. Así que tomó aún más fuerza y volvió a arremeter contra su adversario. La desidia y altanería que por momentos su oponente demostraba, lo desconcertaba y sacaba de quicio. No cabía ninguna duda: la lucha era desigual. Y sin embargo no podía abandonar. Se perdía, debía morir.
Se quedó quieto por un instante. Observó fija y detalladamente a su adversario y se dispuso una vez más a defenderse con todas sus fuerzas, pero una vil, traicionera y certera punzada en su hombro lo hizo trastabillar. Era evidente que su enemigo si, recibía ayuda. Comenzó a sangrar copiosamente por la herida, pero no podía cejar en su cometido. De allí no se podría salir con vida, así que no quedaba más que luchar hasta el final. Y otra vez, el intentar tomar fuerzas y arremeter con lo poco que le quedaba volvió a ser su estandarte. Pero la ayuda que su adversario recibía, se multiplicaba y nuevamente, otra punzante herida, esta vez sobre su hombro izquierdo, hacía flaquear sus fuerzas. La sangre que brotaba sin pausa, ya casi embarraba el suelo por cuanto lugar pisaba. El dolor de las penetrantes y abiertas heridas, el sofocante calor del lugar y los ensordecedores gritos de los concurrentes, hacían nublar su vista. No podía ver con claridad a su oponente. Pero lo olía. Sabía de su cercanía y peligrosidad. Su agotamiento y diezmadas fuerzas, apenas si le alcanzaban para mantenerse en pie. Sabía que ya todo era cuestión de tiempo.
Hacía rato que ya había dejado de ser una contienda. Comprendió, sin llegar a razonarlo, que se trataba nada más que de un juego, tan perverso como desigual.
En uno de sus tempestuosos movimientos, vio el sol ante sus ojos. Ese inconfundible calor que siempre supo abrigarlo, en aquellas frías tardes de invierno, ahora era testigo de su triste final. Como si acariciándolo con sus rayos, intentase apaciguar el dolor que las heridas le estaban provocando.
Su enemigo se paró delante suyo desafiante y altivo, y con la misma piedad en sus ojos como la de una bota militar puede llegar a tener con una hormiga, desenfundó su espada y tomándose su tiempo para precisar el movimiento, se aprestó a asestarle la estocada final.
Tan solo sintió el frío ardor que penetró interminable en su espalda. La vista se le nubló por completo y las pocas fuerzas que le quedaban, lo abandonaron por completo.
Luego todo se convirtió en un oscuro y vacío silencio.
Y mientras la gente vitoreaba, el torero cortó la oreja y se fue a festejar.
H.D.M.
Nunca quiso ni se propuso estar ahí. Pero lo único cierto es que allí estaba y había que defenderse como se pudiera.
Como la mayor parte de las veces, las luchas premeditadas o programadas, suelen ser desiguales. Las ventajas y desventajas se miden por el grado de ambición e insensibilidad de quienes concretan el negocio.
Nada nuevo a estas alturas y sin embargo nada tan despreciable, vil y deleznable como el jugar con la vida ajena.
Y allí se encontraba. Frente a su enemigo.
No lo sabía, ni nadie se lo había siquiera insinuado, pero intuía que se trataba de una lucha a vida o muerte.
Varias veces tuvo que enfrentarse a distintos adversarios, pero en todos ellos, sus oponentes mantenían al menos, sus mismas características.
Esta vez era distinto. Si bien siempre confió en su instinto y su fuerza, había algo en su contrincante que lo hacía moverse con inusual cuidado y precaución. Tal vez por su olor, su vacía, desconfiada y traicionera mirada o por su engreída actitud, lo cierto es que había que tener mucho cuidado.
La cuestión primordial era defenderse. Y sabido es, que muchas veces, la mejor defensa es el ataque. Así que no quedó más alternativa que atacar. Los gritos de la gente que vociferaba desde afuera, presagiaban malos resultados. Por lo visto nadie estaba a su favor. Si bien estaba acostumbrado a no necesitar ayuda, sabía que tampoco ésta vez la obtendría. Así que tomó aún más fuerza y volvió a arremeter contra su adversario. La desidia y altanería que por momentos su oponente demostraba, lo desconcertaba y sacaba de quicio. No cabía ninguna duda: la lucha era desigual. Y sin embargo no podía abandonar. Se perdía, debía morir.
Se quedó quieto por un instante. Observó fija y detalladamente a su adversario y se dispuso una vez más a defenderse con todas sus fuerzas, pero una vil, traicionera y certera punzada en su hombro lo hizo trastabillar. Era evidente que su enemigo si, recibía ayuda. Comenzó a sangrar copiosamente por la herida, pero no podía cejar en su cometido. De allí no se podría salir con vida, así que no quedaba más que luchar hasta el final. Y otra vez, el intentar tomar fuerzas y arremeter con lo poco que le quedaba volvió a ser su estandarte. Pero la ayuda que su adversario recibía, se multiplicaba y nuevamente, otra punzante herida, esta vez sobre su hombro izquierdo, hacía flaquear sus fuerzas. La sangre que brotaba sin pausa, ya casi embarraba el suelo por cuanto lugar pisaba. El dolor de las penetrantes y abiertas heridas, el sofocante calor del lugar y los ensordecedores gritos de los concurrentes, hacían nublar su vista. No podía ver con claridad a su oponente. Pero lo olía. Sabía de su cercanía y peligrosidad. Su agotamiento y diezmadas fuerzas, apenas si le alcanzaban para mantenerse en pie. Sabía que ya todo era cuestión de tiempo.
Hacía rato que ya había dejado de ser una contienda. Comprendió, sin llegar a razonarlo, que se trataba nada más que de un juego, tan perverso como desigual.
En uno de sus tempestuosos movimientos, vio el sol ante sus ojos. Ese inconfundible calor que siempre supo abrigarlo, en aquellas frías tardes de invierno, ahora era testigo de su triste final. Como si acariciándolo con sus rayos, intentase apaciguar el dolor que las heridas le estaban provocando.
Su enemigo se paró delante suyo desafiante y altivo, y con la misma piedad en sus ojos como la de una bota militar puede llegar a tener con una hormiga, desenfundó su espada y tomándose su tiempo para precisar el movimiento, se aprestó a asestarle la estocada final.
Tan solo sintió el frío ardor que penetró interminable en su espalda. La vista se le nubló por completo y las pocas fuerzas que le quedaban, lo abandonaron por completo.
Luego todo se convirtió en un oscuro y vacío silencio.
Y mientras la gente vitoreaba, el torero cortó la oreja y se fue a festejar.
H.D.M.
¿LO COGIÓ EL TORO?
Enrique Ponce, experimentado torero español, últimamente viene siendo noticia en su país. Lo fue en las últimas semanas para la prensa del corazón a raíz de su decisión de romper su matrimonio de 21 años con la empresaria Paloma Cuevas para ponerse de novio con Ana Soria, una bella y joven estudiante de abogacía.
Y también fue noticia por la brutal cornada que un toro le asestó en los glúteos durante la corrida en el Puerto de Santa María (Cádiz), el jueves último.
La embestida del animal causó mucha preocupación en la nueva acompañante de Ponce, que estaba sentada en las gradas y, según informó el diario español La Vanguardia, dio un grito cuando el toro arremetió contra su novio.
El asunto no pasó a mayores y finalmente el torero mató al animal, aunque sufrió una lesión que le impidió presentarse este fin de semana en la corrida de El Espinar (Segovia). ¿Dónde? En la muñeca derecha... Aunque algunos malintencionados aseguran que desde entonces, es difícil borrarle la sonrisa!!
Y también fue noticia por la brutal cornada que un toro le asestó en los glúteos durante la corrida en el Puerto de Santa María (Cádiz), el jueves último.
La embestida del animal causó mucha preocupación en la nueva acompañante de Ponce, que estaba sentada en las gradas y, según informó el diario español La Vanguardia, dio un grito cuando el toro arremetió contra su novio.
El asunto no pasó a mayores y finalmente el torero mató al animal, aunque sufrió una lesión que le impidió presentarse este fin de semana en la corrida de El Espinar (Segovia). ¿Dónde? En la muñeca derecha... Aunque algunos malintencionados aseguran que desde entonces, es difícil borrarle la sonrisa!!
¿QUIÉN INVENTÓ EL CHICLE?
El origen del chicle moderno se localiza en las selvas del norte de Centroamérica y sureste de México, en la región del Petén, epicentro de la cultura maya
La recolección de la savia de uno de los árboles más comunes de este paraje, daba como resultado la primigenia goma de mascar.
El proceso comenzaba con la realización de incisiones en zigzag sobre la corteza del mencionado árbol y, después de un proceso de secado, se obtenía un producto masticable que los mayas empleaban para limpiarse la boca y los dientes, e incluso para entretener el hambre en los rituales de ayuno.
Con el “sicte”, como ellos lo denominaron, comerciaron con pueblos vecinos como los aztecas, que pasaron a llamarlo “tzictli” (pegar), de donde pasaría al castellano como chicle.
La palabra chicle proviene de la voz náhuatl tzictli, que puede traducirse como ‘cosa pegajosa’.
Originalmente, se refería a la resina gomosa que fluye del tronco de un árbol conocido como chicozapote, también llamado Manilkara zapota, que es originario de las selvas México y Centroamérica.
Esta goma, de origen natural, era utilizada por los antiguos habitantes de Mesoamérica (los aztecas y los mayas, por ejemplo)
De allí, pues, que hoy en día la palabra chicle haga referencia a una pastilla aromatizada y saborizada, de textura semejante a la goma, que se mastica pero no se traga.
Sin embargo, conviene acotar que en nuestros días ya no es utilizada la savia del chicozapote para fabricar este producto.
miércoles, 19 de agosto de 2020
¿CÓMO SE DEFENDÍA UN CASTILLO MEDIEVAL?
¿Cuáles son algunas de las
características y técnicas más horripilantes utilizadas para la defensa de los
castillos medievales?
Hervir el aceite era demasiado caro
de usar: es un mito moderno, tenían un producto mucho mejor, arena caliente. La
mayoría de los atacantes, no los ricos a caballo, pero el ejército principal
tenía una armadura de cota de malla, y la arena caliente era excelente para
meterse entre los eslabones y hacer que el traje fuera muy pesado ... para
empezar. El chaleco de metal Hauberk se calentaba y el caballero usaba un
gambesón acolchado debajo si tenían suerte; esto, por supuesto, comenzaría a
cocinarlo.
Los combatientes más pobres, los enviados para escalar las paredes o
derribar la puerta, tendrían el suyo relleno con cualquier material viejo. La
piel se llenaba de ampollas, el relleno de pelo de caballo ardía a fuego lento
y olía, y el resultado final era tratar de eliminarlo lo más rápido posible,
pero los arqueros estaban listos para esto.
Muy pocos defensores usarían
cadáveres en la guerra bacteriológica, pero los atacantes, en cambio, si lo
harían. Los defensores, si tuvieran tiempo, arrojaban animales muertos a los
pozos que rodean el castillo para envenenar el suministro de agua para los
atacantes, y los pozos que recogían lo procedente de los inodoros, productos
valiosos para el comercio de la lana, se alterarían para drenar en el agua del
foso poco profundo para ayudar a infectar a los atacantes.
Un abatis, un obstáculo formado por
las ramas de los árboles colocados en fila, con las copas afiladas dirigidas
hacia afuera, hacia el enemigo. Los árboles solían estar entrelazados o atados
con mimbre. Estas estacas de madera se clavaban en el foso porque el fuego las
quitaba con demasiada facilidad. Se eliminaban algunos puentes para crear una
ruta de asesinato para la primera ola de atacantes. y las carreteras se
sembrarían con abrojos para frenar el avance de los
caballos.
Un trou de loup: un pozo cónico de
unos 2 m (6 pies 7 pulgadas) de profundidad y de 1,2 a 2 m (3,9 a 6,6 pies) de
ancho en la parte superior. En el fondo del pozo, se clavaba una estaca de
madera afilada.
Un campo de trous de loup podía ser
más efectivo si posteriormente se inundara a poca profundidad, lo que ocultaba
los hoyos, haría que sus costados resbalaran y aumentaba el riesgo de
ahogamiento.
Si no hubiera un foso para disuadir
a los atacantes En algunos casos, el foso de la trampa estaba oculto por una
ligera cubierta de mimbre y una capa de tierra. Los atacantes sin fosos podían
perforar túneles debajo de la pared para hacer explotar pieles de cerdo, una
mina, para derrumbar las paredes, equipos de albañiles en el castillo cavaban
debajo del pozo de la mina (socavaban) para picar y colapsar el suelo de los
atacantes.
La mayoría de los castillos
supervivientes tienen matacanes de piedra para dejar caer objetos, pero en el
momento del asedio, estos se mejoraron con acúmulos hechos de madera
adicionales. Los animales quedaban dentro durante el asedio, por lo que también
arrojaban estiércol de animales. Las moscas propagan infecciones y pensaron que
la enfermedad estaba en el aire malo, por lo que cubrieron a los atacantes con
aire malo.
LA COMIDA DEL PERRO
¿Cuántas veces al día es
recomendable que coma un perro?
Dejarles la comida a los perros para que coman
todo el día cuando quieren, es una manera de crear obesidad, vejez digestiva
precoz y diarreas. Ni hablar de las alimañas cerca del alimento.
Si tienes un hijo y no le estás
dando de comer todo el bendito día, ¿por qué razón vas a dejarle comer todo el
día a tu perro? Es absurdo decir que los veterinarios no saben nada, quien lo
dice peca de soberbia ignorante, los veterinarios tienen estudios que avalan
los consejos que nos dan. Es absurdo también decir que "no se merecen
tener un perro" porque no dejamos que se alimenten cuando se les dé la
gana.
Para los que de verdad les interesa
criar bien a un perro, cuando se trata de uno adulto, debe comer una vez al
día. Por la sencilla razón de que su digestión es lenta y porque debe comer lo
que necesita, de acuerdo a su tamaño. Los seres humanos hemos hecho la
digestión en una hora o dos horas, de acuerdo a cada uno. Los perros tardan
mínimo 8 horas en digerir su alimento.
Hay dueños de mascotas que, a su
ración diaria, la dividen en dos, dándole una mitad a la mañana y la otra parte
a la noche. Eso también es válido.
Los perros, si comen de más, corren
el riesgo de morir por torsión estomacal, es una muerte muy dolorosa e
irreversible, lamentablemente demasiado común. Por tal razón, hay que medir su
comida y darle la cantidad que necesita, ni una medida más. Si se les da a la
noche, tomarán agua, harán sus necesidades y se irán contentos y tranquilos a
dormir, mientras que durante el día corrieron y jugaron libremente. El que dice
que es mejor llenarles una tolva y dejar que coman cuando quieran, es el que no
le interesa ocuparse de la rutina de su perro.
Si el perro come de más, tendrá
diarrea. Si come de menos, sus deposiciones serán duras. Ese es el verdadero
medidor de su alimentación, él solo nos dirá cuál es.
El amor se manifiesta cuidando una
disciplina que las mascotas valoran mucho, porque necesitan seguridad y orden
de parte de su amo. Que uno se ocupe a horario de darles su alimento, es para
ellos amor puro.
PORQUÉ ME INHABILITARON EN FACEBOOK
La historia con facebook fué así:
Después de inhabilitarme la primera cuenta que tuve durante quince años con en nombre de Hugo Daniel Marcos, y luego de abrir una segunda con el nombre de Hugo D. Marcos, primero me apercibieron por publicar la foto de la portada del diario
"La Nación" cuando se realizó una inmensa manifestación nazi en el Luna Park de Buenos Aires, aclarándoseme que si cometía otra infracción como esa (obviamente -según facebook- hablar mal de ese diario o de los nazis es cometer una infracción), me suspenderían la cuenta por tres días.
Cuando luego de unos días publiqué las empresas que habían colaborado cn Hitler durante la segunda guerra (se me hace difícil callarme algunas cosas), entre ellas estaba Bayer, que fue quién
les administró el gas con el que se asesinó a millones de personas.
Alguno dirá "si te hubieses callado, todavía tendrías cuenta de facebook" y ahí nomás me viene a la mente una frase de Bernard Shaw:
"Algunos hombres ven las cosas que existen y se preguntan por qué.
Yo sueño cosas que nunca existieron y me pregunto por que no"
Después de inhabilitarme la primera cuenta que tuve durante quince años con en nombre de Hugo Daniel Marcos, y luego de abrir una segunda con el nombre de Hugo D. Marcos, primero me apercibieron por publicar la foto de la portada del diario
"La Nación" cuando se realizó una inmensa manifestación nazi en el Luna Park de Buenos Aires, aclarándoseme que si cometía otra infracción como esa (obviamente -según facebook- hablar mal de ese diario o de los nazis es cometer una infracción), me suspenderían la cuenta por tres días.
Cuando luego de unos días publiqué las empresas que habían colaborado cn Hitler durante la segunda guerra (se me hace difícil callarme algunas cosas), entre ellas estaba Bayer, que fue quién
les administró el gas con el que se asesinó a millones de personas.
Alguno dirá "si te hubieses callado, todavía tendrías cuenta de facebook" y ahí nomás me viene a la mente una frase de Bernard Shaw:
"Algunos hombres ven las cosas que existen y se preguntan por qué.
Yo sueño cosas que nunca existieron y me pregunto por que no"
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