Por fin pude entender el porqué de
tanta corrupción en los políticos: TIENEN MIEDO DE SER ASESINADOS!!!
El olvidado emperador que quiso
erradicar la corrupción en Roma, fue asesinado a los 86 días
Pertinax llegó al poder con 65 años
y a los tres meses fue traicionado por querer cambiar el sistema corrupto del
Imperio romano.
La cultura popular a menudo cambia
la percepción histórica de la realidad y de lo acontecido siglos antes, por eso
y debido a esos antecedentes, hasta hoy en día, hay políticos y estadistas que
creen poder cambiar la verdad de la historia, argumentando que ya han sido
juzgados por el pueblo, cuando en realidad han sido juzgados por ellos mismos y
obviamente, con un fallo favorable.
De esta forma -y también en parte
por la ya mítica película de Gladiator-, se ha desvirtuado la imagen del
emperador Cómodo, quien pese a ser encarnado por Joaquin Phoenix como un
villano, fue muy querido por el pueblo y supo mantener el Estado en materia
militar.
Su asesinato el 31 de diciembre del
año 192 desestabilizó por completo el Imperio romano. Publio Helvio Pertinax
fue el encargado de mantener en orden un extenso territorio que se derrumbaba
económicamente. No obstante, y pese a los planes a largo plazo que tenía en
mente el sucesor de Cómodo, también fue asesinado.
Pertinax se convertía de esta manera
en uno de los emperadores más breves de la historia de Roma con tan solo 86
días de reinado.
Había nacido en Alba el 1 de agosto
del año 126, en el seno de una familia humilde. Su padre, Helio Suceso, era un
liberto. De ahí heredaría Pertinax su simpatía hacia el pueblo, una de las
tendencias que a su vez haría al ejército desconfiar del nuevo líder.
Pertinax había pasado gran parte de
su vida en el Senado. De hecho, se hacía llamar el "príncipe del
Senado". Asimismo, logró importantes éxitos contra los bárbaros y los
partos en la frontera oriental. Tal y como recoge José Antonio Garzón en El
emperador Públio Helvio Pertinax y la transformación politica del año 193,
"gobernó diversas provincias con excelente sentido y brillante
gestión".
Tras el asesinato de Cómodo, y un
desconocimiento total por saber quién le sucedería, Pertinax fue elegido
emperador. Este hecho era de lo más anómalo debido a las reticencias que podían
generar su origen humilde y su avanzada edad —en aquel entonces tenía 65 años—.
A su llegada, el envejecido
emperador descubrió la profunda crisis económica en la que estaba sumida Roma.
Se vio obligado a llevar a cabo todo tipo de recortes que le convertirían en un
emperador poco popular los primeros días de gobierno. Vendió los bienes de
Cómodo, así como sus esclavos y concubinas, y las tierras del antiguo emperador
para que estas fueran cultivadas.
Trató en todo momento en mantener el
orden en el Imperio y sus políticas moderadas le acercaban a lo que una vez
había instaurado Marco Aurelio.
Pertinax fue un hombre muy modesto y
sobrio, que huyó de toda exaltación y despreció las demostraciones de
poder", escribe Garzón. Es más, no hizo partícipes a sus familiares de los
títulos y dignidades imperiales y con el tiempo fue recordado como un emperador
"amable" al que el pueblo adoró.
En el capítulo XIX de “El Príncipe”,
Nicolás Maquiavelo explica que los emperadores Marco Aurelio, Pertinax y
Alejandro Severo eran «de vida modesta, amantes de la justicia, enemigos de la
crueldad, humanos y afables», pero que encontraron, con excepción del primero,
«un triste final». Maquiavelo lo describió como amante de la justicia, enemigo
de la crueldad, compasivo y benevolente y, aunque todos estos atributos parecen
virtuosos, fueron los mismos atributos que le condenaron.
Maquiavelo sostiene que Pertinax
«fue hecho emperador contra la voluntad de los soldados, los cuales,
acostumbrados a vivir licenciosamente bajo Cómodo, no pudieron soportar aquella
vida honesta a que Pertinax los quería reducir. Por eso, habiéndose granjeado
su odio y al unirse a este odio el desprecio que les causaba su avanzada edad,
se hundió ya en los primeros momentos de su reinado». El filósofo florentino
considera que la excesiva honestidad que mostró Pertinax hacia sus súbditos, ya
corruptos, precipitó su muerte.
Simon Elliot ha publicado ahora su
nueva biografía, donde compara el reinado de Pertinax con la presidencia de
John F. Kennedy. "Pertinax era el JFK de la Antigua Roma; llegó al poder
con grandes esperanzas en sus hombros para revitalizar el Imperio", ha
explicado el escritor a The Times. Pero, al igual que Kennedy, no tuvo tiempo
para hacerlo.
Así, un 28 de marzo de 193, tras
apenas 86 días como emperador del Imperio romano, un grupo de 300 pretorianos
se dirigió al palacio de Pertinax. A este se le había aconsejado que escapara,
pero su honradez y valentía le llevó a reunirse con los sublevados y razonar
con ellos. Sin embargo, no hubo suerte y el emperador fue asesinado.
El asesinato de Pertinax dejó clara
que la corrupción de Roma no era la excepción, sino una norma de Estado. Los
pretorianos subastaron la posición imperial vacante y el senador Didio Juliano
se convirtió en el nuevo emperador.
Este hecho derivó en una breve
guerra civil en la que finalmente se impuso Septimio Severo. Pero, a pesar de
que este último reconoció a Pertinax como legítimo emperador y ejecutó a los
soldados que lo habían asesinado, no prosiguió las políticas económicas de
Pertinax, quien pecó de su honradez en un trono de usurpaciones y
manipulaciones.
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