La fundación de Clarín se produjo
exactamente después del cierre de una revista llamada Clarinada (1937-1945), y
hay quienes relacionan el cierre de una publicación con la apertura de la
siguiente. En un artículo dedicado a la revista (“Un vocero antisemita en Buenos
Aires: la revista Clarinada”), Daniel Lvovich, historiador de la Universidad
Nacional de General Sarmiento, cuenta que Clarinada llevaba como lema “Revista
mensual de propaganda argentina y contrapropaganda roja”. Pero que “a partir de
1940 ese lema se modificaría por otro que reflejaba de manera más exacta sus
contenidos: el de Revista anticomunista y antijudía”.
Las biografías oficiales de Roberto
Noble suelen pasar, mediante un salto interesante, de sus orígenes
“socialistas” y su activismo en huelgas estudiantiles a su adscripción al
desarrollismo. Más allá de que fue en años de la última dictadura, con su
marido fallecido, cuando Ernestina Herrera de Noble comenzó a quebrar el pacto
con los desarrollistas lo que colaboró con el ascenso indetenible de la actual
cúpula directiva del holding, esas biografías omiten la relación que sostuvo
Noble con lo peor de la cultura política de los años 30 y 40. Tras una etapa
como legislador de la Concordancia el frente de conservadores y radicales
antiyrigoyenistas que se impuso a fuerza de fraude, Noble asumió como ministro
de Gobierno del caudillo conservador Manuel Fresco, emblema del “Fraude
Patriótico” y un líder particularmente destacado en la lucha contra “el
capitalismo judío, ateo y comunista”.
Pedofilia
Pero no solo al fascismo y al
nazismo vernáculo adscribió el fundador de Clarín y su precursor Clarinada,
Noble también se vio envuelto en un confuso episodio de pederastía que en su
momento se denominó “escándalo de los cadetes del Colegio Militar” del año
1942, en que señores de la élite porteña organizaban fiestas en departamentos
privados, a las que concurrían engañados muchos tiernos cadetes del instituto
castrense, quienes eran abusados sexualmente por este rancio grupo de
pedófilos, que además los fotografiaba para extorsionarlos para obtener nuevas
presencias y silencio. Estallado el escándalo público, el juez que instruyó las
actuaciones realizó varios allanamientos en Barrio Norte y detuvo a diversos
hombres de prosapia. El caso concluyó con la condena de algunos de ellos y el
suicidio del arquitecto Duggan, que integraba el grupo de condenados. En ese
año 1942, Roberto J. Noble publicó una solicitada en los diarios, negando haber
participado en aquellas “fiestas negras”, como se comentaba insistente y
públicamente en los distintos corrillos políticos y sociales.
Roberto Noble, en 1927, en el
Partido Socialista, y a poco de andar demostró su audacia: como lo señalara
Luis A. Sciutto (Diego Lucero) en la biografía por encargo publicada en 1979,
había participado activamente en el golpe de Uriburu del 6 de septiembre y fue
“uno de los seis únicos civiles de la primera línea en aquellos actos
determinantes del derrocamiento de Hipólito Yrigoyen”. Pronto se abrió del
Partido Socialista, con la escisión que encabezaron Antonio Di Tomaso y
Federico Pinedo (actores relevantes de la Década Infame como ministros de
Agricultura y de Hacienda de Agustín P. Justo). De la mano de Pinedo y Di
Tomaso, Noble hizo profesión de fe ultraliberal y, como todo converso, no se
privó de ningún gesto para hacer creíble su acto de fe. Fue elegido diputado
nacional en 1932, como parte de la Concordancia a expensas de la proscripción
del radicalismo yrigoyenista, y no vaciló, al año siguiente, en ratificar
legislativamente el pacto Roca-Runciman (Ley 11.693), el mayor tratado
histórico de prosternación de la Argentina ante el Imperio Británico. De este
tratado vergonzoso, sólo la oligarquía ganadera exportadora de carne enfriada
fue la gran beneficiada.
Cuando en 1936 el gobernador Manuel
Fresco le ofrece a Noble hacerse cargo del Ministerio de Gobierno de la
provincia de Buenos Aires, este lo acepta de inmediato. Ya ha dejado atrás su
declamado liberalismo y adoptado sin hesitar la ideología nazifascista como
miembro de la agrupación Afirmación Argentina. Al igual que su ahora jefe,
cuelga la foto de Mussolini en su despacho y escribe, entre otros gestos de
adhesión, una carta pública expresando su admiración por el Duce.
Decía Noble:
“Mussolini es el modelo viviente del
moderno hombre de Estado, y en lo que al genio de su raza se refiere,
constituye una expresión y egregia de la excepcional capacidad que el pueblo
italiano ha demostrado en todos los tiempos de producir ejemplares humanos
dotados de amplitud universal, de fantasía creadora y temperamento ejecutivo,
síntesis que justifica por sí misma la existencia de la especie y la encumbra
como portadora de lo supremos valores morales y espirituales en el mundo (.)
Los argentinos nos regocijamos con alegría de hermanos, por la gloria de Italia
y de Mussolini.”
El nazismo y antisemitismo de Noble
no era objeto de ocultamiento: el 10 de abril de 1939, al realizarse un
gigantesco acto en el Luna Park de adhesión al ‘Tercer Reich’, con gran
despliegue de banderas con la cruz esvástica y abundantes cánticos contra los
judíos, los comunistas y la francmasonería, contó con la presencia del
gobernador Manuel Fresco, acompañado por su ministro de gobierno, Roberto J.
Noble, como bien ha recordado Herman Schiller. Ese mismo año dejó su cargo por
presión del gobierno de Roberto Ortiz. Ninguno de los ministros de Fresco –ni
este mismo, por supuesto– se retiraron pobres de la función pública. Noble
montó un establecimiento ganadero “modelo” en Lincoln, que llamó Estancia Santa
María.
A partir de su muerte, sería su
medio quien se perpetuaría en una interminable secuencia de giros que
irremediablemente volvían a su origen. Así se convertiría en desarrollista;
hasta llegar a concretar su giro y ponerse al servicio de un nuevo gobierno
nazi fascista, el de Jorge Rafael Videla; Emilio Massera y Rafael Agosti, del
que como siempre supo hacer obtuvo jugosos resultados económicos.
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