En la edad media, para evitar
guerras se batían los caballeros en justas y torneos, estas se podían realizar,
incluso, como juicio de Dios, cuando algún caballero era injustamente acusado o
mancillado su honor.
Pues bien estas justas, se
celebraban en un lugar llamado palenque, que era un sitio cerrado en donde los
litigantes a lomos de sus corceles y con lanza en ristre, se enfrentaban unos a
otros para dirimir el vencedor.
La justa se celebraba a un número de
lanzas rotas, tres o seis por lo general o cuando alguno de los caballeros era
echado por tierra por el otro caballero, en cuyo caso si la lucha no era a
muerte, no se ponía el pie en tierra, para dar cuenta del enemigo.
Y de ahí viene lo de echar por
tierra, cuando uno perdía todo, honor, territorios, ciudades, o simplemente la
primacía, al no aguantar y caer a tierra, por el empuje del enemigo sin saber
aguantar el envite.
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