Expone Luis Carandell en su libro sobre anécdotas políticas que en la guerra de Sucesión española, cuando Felipe V
estaba sitiando la ciudad de Barcelona, en poder de su oponente el archiduque Carlos de Austria, se animó el Borbón y se decidió a luchar con sus soldados. Estos, viendo los riesgos que corría el monarca, le comentaron que no debía hacerlo, ya que “rey no hay más que uno”. A esta sensata sentencia contestó Felipe V con la frase que nos ocupa: “Otro habrá. A rey muerto, rey puesto”.
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