Las ideas de quienes hacían
"Clarinada" quedaron muy claras y expuestas desde el principio.
Aquel
primer número publicado en Mayo de 1937 incluía una rabiosa declaración de
principios rubricada por Carlos M. Silveyra, director de la revista, mediante
la cual no se dejaban dudas sobre la postura anticomunista del pasquín.
Silveyra se había destacado previamente por su odio al comunismo publicando el
libro "El Comunismo en la Argentina" y la fundación de la
"Comisión Popular Argentina contra el Comunismo". Ese odio al
comunismo se completaba con sus ideas acerca de una conspiración mundial judía
para destruír la civilización cristiana.
En aquel lamentable primer editorial de "Clarinada" podía leerse lo siguiente: “Programa de lucha sin cuartel contra ese ejército de alimañas, integrados por fuerzas aparentemente heterogéneas: materialismo, liberalismo, marxismo, comunismo, socialismo, anarquismo, ateísmo, masonería, etc., pero que están unidas en la misma finalidad : la destrucción de la civilización cristiana y que obedecen al mismo comando que las dirige desde las tinieblas: el judaísmo.” (no.1, mayo 1937).
En aquel lamentable primer editorial de "Clarinada" podía leerse lo siguiente: “Programa de lucha sin cuartel contra ese ejército de alimañas, integrados por fuerzas aparentemente heterogéneas: materialismo, liberalismo, marxismo, comunismo, socialismo, anarquismo, ateísmo, masonería, etc., pero que están unidas en la misma finalidad : la destrucción de la civilización cristiana y que obedecen al mismo comando que las dirige desde las tinieblas: el judaísmo.” (no.1, mayo 1937).
Los violentos y retrógrados mensajes
de "Clarinada" acercaban a la publicación al nazismo, al tiempo que
(in)creíblemente cerraban filas con ciertas ideas cristianas tan difundidas y
apoyadas por aquellos años.
Las mortíferas palabras (para los
editores de la publicación eran en realidad "metáforas
biologicistas") seguían cayendo mensualmente con expresiones tales como:
“En invierno hay que precaverse de la gripe, pero en toda estación hay que precaverse
de la peor peste: el judaísmo.” No había dudas: el espíritu (y mucho más que
eso) del sanguinario Nacional Socialismo imperante en la Alemania del Tercer
Reich había calado hondo en lo profundo de los intolerantes que en la sociedad
argentina no sólo editaban esta revista, sino en aquellos que por espacio de
largos 8 años la compraban, la apoyaban y la difundían. En este sentido hay que
mencionar que la revista recibía fuerte apoyo económico de ciertos sectores de
la Iglesia Católica Argentina, como así también de los representantes locales
del partido Nacional Socialista.
La "bendición"
ecleciástica llegó con el mensaje publicado con motivo de la edición del primer
número.
El vocero oficial del Arzobispado de Buenos Aires envió a la redacción de "Clarinada" palabras de apoyo y buen recibimiento por la revista que merecía “el más decidido apoyo de cuantos abrigan la preocupación cristiana y patriótica de defenderse del enemigo implacable que es el comunismo”. Para no ser menos, el Obispo de Santiago del Estero, Monseñor Rodríguez Olmos, envió una bendición a los lectores de la publicación.
El vocero oficial del Arzobispado de Buenos Aires envió a la redacción de "Clarinada" palabras de apoyo y buen recibimiento por la revista que merecía “el más decidido apoyo de cuantos abrigan la preocupación cristiana y patriótica de defenderse del enemigo implacable que es el comunismo”. Para no ser menos, el Obispo de Santiago del Estero, Monseñor Rodríguez Olmos, envió una bendición a los lectores de la publicación.
Pero los elogios no se limitaron al
ámbito local. La publicación oficial nazi en Alemania "Der Stürmer"
elogió las virtudes de la publicación argentina al tiempo que decía en una de
sus páginas que lamentaba sinceramente “que no se esté enterrando vivos a todos
los judíos sin distinción, de modo que por fin pueda reinar la paz entre la
gran familia argentina”.
"Clarinada" dejaba muy en
claro su postura sobre muchos temas que siempre involucraban de una u otra
manera al comunismo y a los judíos. Según los responsables de la revista (en la
cual siempre se daba lugar a artículos antisemitas y racistas, incluyendo
además discursos de Adolf Hitler y comunicados gubernamentales), sostenían
entre otras cosas que los Republicanos de España eran simples títeres del
judaísmo, que los judíos eran los responsables del inicio de la Segunda Guerra
Mundial y que su deseo (el de "Clarinada") era lograr el exterminio
total de los judíos. Con todas esas cartas de presentación
"Clarinada" gozó de buena salud durante muchos años en Argentina y
logró hacerlo (además) en gran parte debido al apoyo económico recibido de
manera constante de parte de agencias y empresas estatales como Y.P.F. (Yacimientos
Petrolíferos Fiscales), el Censo Nacional Agropecuario, la Caja de Ahorro
Postal, el Banco de la Nación Argentina, el Banco de la Provincia de Buenos
Aires y el Banco Hipotecario.
La propaganda oficial (léase: el
apoyo oficial) se mantuvo hasta que la derrota del Tercer Reich se percibía
como más que inevitable. Las puertas de la redacción de "Clarinada"
se cerraron más como una cubierta "por el qué dirán" que por propias
convicciones del gobierno argentino y de todos quienes apoyaban la nefasta publicación
de sus ejemplares.
Sin embargo, muy poco tiempo después, más concretamente el
martes 28 de Agosto de 1945 (apenas tres meses después de la muerte de
"Clarinada") nacía formalmente de la mano de Roberto Noble
(reconocido nazi autóctono) una publicación que
rendía con su nombre el más sincero homenaje a "Clarinada": se
publicaba por primera vez el Diario "Clarín", pero claro, como no podía ser de otra manera, -después de la derrota del nazismo- la óptica política se había suavizado de tal forma, que pasó al otro extremo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario