Un anciano rezaba en el Muro de los Lamentos. Cuando finalizó, se le acercó un periodista y le preguntó
-¿Cuánto tiempo hace que viene a rezar al Muro de los Lamentos?
-Setenta y tres años- contestó el anciano
-¿Y qué suele pedir?
-Siempre lo mismo... Paz en el mundo!
-¿Y qué siente después de setenta y tres años pidiendo por la paz en el mundo?
-Que estoy hablando con una pared!!!-
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