Siempre me han seducido estas leyes con
cierto tono negativo, por cuanto se presentan –según sus enunciados- como
innegables disparadores de equívocos, altercados, conflictos, etc., elementos indispensables para desarrollar las comedias
de enredos que tanto amo.
Precisamente una de esas “leyes” (No
hay nada tan malo que aún no pueda empeorar), dio origen a la comedia “Un mal
día”, y no hace mucho tiempo atrás, otra, originó una nueva comedia que lleva
por título justamente la ley a que hace referencia “Todo puede empeorar”
De allí, mi profundo agradecimiento
a Murphy.
Para empezar, las leyes de Murphy,
no son leyes en realidad (se le conoce como "ley" porque así la
difundieron los medios cuando el capitán Stapp explicó de que trataba (que era
una especie de broma llamarla así, tal vez como "la ley del
revolver"). Este enunciado es en realidad una regla de control de calidad,
que se fue conformando de manera empírica y que procura prever todo lo que
pueda salir mal antes de ser llevado a cabo, ponerlo en producción y/o a la
venta. Y dice algo muy simple:
"Todo lo que pueda fallar,
fallará y lo hará en el peor momento"
Pues bien, la Ley de Murphy se ha
mencionado indiscriminadamente sin saber su origen ni motivaciones y eso la ha
llevado más allá de lo que originalmente representaba, para convertirse en
chistes, una excusa para el fracaso, juegos semánticos y otras expresiones de
la cultura popular.
Pero, a todo esto ¿de dónde viene la
famosa Ley de Murphy? ¿Murphy existió en
verdad?
Pues en principio, sí que ha habido
un Murphy, y esta es su historia.
La teoría de la ley de Murphy se le
atribuye a un ingeniero aeroespacial de Estados Unidos llamado Edward A.
Murphy. Edward trabajaba para la Fuerza Aérea y era el encargado de los
sistemas de seguridad de proyectos tan importantes como el Apolo o el
helicóptero Apache.
Se cuenta que todo comenzó en 1949
con un plan llamado MX100 destinado a probar la fuerza G que una persona era
capaz de resistir en una frenada muy brusca. Las pruebas usaban un cohete sobre
rieles con una serie de frenos en un extremo.
Aunque para realizar este tipo de
experimentos se usaban muñecos parecidos a los que se siguen usando hoy en día
en las pruebas de seguridad de vehículos, John Paul Stapp[4] , capitán al cargo
de aquélla prueba, se ofreció como reemplazo del muñeco en el experimento de la
desaceleración. La conclusión fue que las sensaciones descritas por el capitán
no cuadraban con las medidas que arrojaba el instrumental que estaban
utilizando.
Edward Murphy sugiere entonces
colocar otros sensores en el arnés del capitán para poder medir la fuerza
ejercida sobre ellos y le encomendó la tarea a su asistente. Este último no
colocó bien los sensores y la prueba no dio ningún tipo de resultado.
Al comprobar las causas del fallo,
Murphy se percató de que los cables estaban colocados al revés y tras echar la
bronca a su asistente dijo algo parecido a :”Si hay una forma de que esto pueda
salir mal, esta persona la encontrará ”.
Sus compañeros de trabajo comenzaron
a hablar sobre el incidente y a referirse a este episodio como "Ley de
Murphy". Con el tiempo evolucionó a algo más general como: “si puede
ocurrir, ocurrirá”.
Tiempo después la frase salió a la
luz durante una conferencia de prensa en la que se le preguntaba Stapp por qué
nadie resultó herido durante las pruebas. Fue cuando él explicó que fue porque
se tuvo en cuenta la ley de Murphy y explicó en qué consistía.
También hay otras versiones.
Algunos, incluyendo a Robert Murphy, el hijo de Edward, niegan la versión de
Nichols y sostienen que la frase la enunció el propio Edward Murphy. De acuerdo
con Robert, la frase de su padre fue algo así como «Si hay más de una forma de
hacer un trabajo y una de ellas culmina en desastre, alguien lo hará de esa
manera»
Un ejemplo frecuentemente citado de
esta tendencia a enfatizar lo negativo, es que, cada vez que una rebanada de
pan untada de mantequilla cae al suelo, la gente tiende a recordar más
vívidamente las veces en que cayó con el lado de la mantequilla hacia el suelo,
puesto que si cayera con la mantequilla hacia arriba tendría menos
consecuencias. Por lo tanto, uno tiene la impresión de que el pan siempre cae
con la mantequilla hacia abajo, sin importar la verdadera probabilidad de cada
ocurrencia.
Leyes como la de Murphy son una
expresión directa de tales perversidades en el orden del universo. Existe una
demostración física para el hecho de que efectivamente la tostada tiene mayor
probabilidad de caer del lado de la mantequilla, pero es debido a otros
factores. El factor principal es la altura de la mesa, por la que la tostada
tiene 'tiempo' de darse media vuelta, no por el peso de la mantequilla como
errónea e intuitivamente se supone, sino por la rotación propia a las
condiciones iniciales de la caída, pero no hay altura suficiente para dar más de
media vuelta.4 Robert Matthews, investigador de la Aston University, en
Birmingham, recibió en 1996 el Premio Ig Nobel de física por un estudio sobre
un derivado de la ley de Murphy, es decir, por la demostración del caso de la
tostada con base en las constantes fundamentales5
Se han producido variaciones
diversas de la ley y sus corolarios, muchas de ellas con apariencia de
metaleyes de alguna clase. Por ejemplo, el modelo del pan con mantequilla
podría formularse así: «La probabilidad de que una rebanada de pan untada de
mantequilla caiga con el lado de la mantequilla hacia abajo, es proporcional al
precio de la alfombra».
Otro ejemplo de analogía ocurre
cuando se está haciendo una larga cola para pagar en el supermercado, tu fila
no avanza, ves de repente que la otra fila está más corta y avanza mucho más
rápido, decides pasarte a esta, y tu fila inicial comienza avanzar y en la que
decidiste pasar, comienza a tener demora para pagar. Un claro ejemplo que creo-
todos hemos experimentado y que suele sacarnos de quicio.
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