El protoevangelio de Santiago relata
que José era viudo con hijos y que tiempo después tomó a María como su esposa.
El libro apócrifo La Historia de
José el Carpintero, escrito en el siglo V y enmarcado como una biografía de
José dictada por Jesús, describe cómo José tuvo una esposa antes de María con
la que tuvo seis vástagos, cuatro hijos y dos hijas. Los nombres de los hijos
serían Judas, Justo, Santiago y Simón, y los de las hijas Asia y Lidia. Según
este relato, los llamados hermanos de Jesús serían hijos de José de un
matrimonio anterior.
José viviría cuarenta años soltero,
a partir de entonces su primera esposa permanecería bajo su cuidado cuarenta y
nueve años, y luego moriría.
Un año después de su muerte, a la
edad de noventa años José desposaría a María. La muerte de José sería la edad
de 111 años, atendida por ángeles y afirmando la virginidad perpetua de María.
La Enciclopedia Católica señala
distintos pasajes de los escritos apócrifos referidos al matrimonio de José.
Cuando (José) contaba con cuarenta
años de edad desposó a una mujer llamada Melcha o Escha para algunos, Salomé
para otros, con quien convivió cuarenta y nueve años y con quien tuvo seis
vástagos, dos hijas y cuatro hijos, el menor de los cuales era Santiago (el
Menor, llamado “el hermano del Señor”).
Un año después de la muerte de su
esposa, cuando los sacerdotes anunciaron por toda la Judea que ellos deseaban
encontrar en la tribu de Judá algún hombre respetable para desposar a María, de
entonces doce a catorce años de edad, José, quien ya tenía en dicho momento
noventa años, fue a Jerusalén entre los candidatos, un milagro manifestó la
elección de José realizada por Dios, y dos años después la Anunciación tuvo
lugar.
El Evangelio de Mateo 1:18-248
muestra parte del drama que vivió José de Nazaret al saber que María estaba
embarazada. Iba a repudiarla, en secreto porque era justo, porque no quería que
fuera apedreada según lo dispuesto en la Torá.
La Escuela bíblica y arqueológica
francesa de Jerusalén interpreta que la justicia de José consistió en no querer
encubrir con su nombre a un niño cuyo padre ignoraba, pero también en que,
convencido de la virtud de María, se negaba a entregarla al riguroso
procedimiento de la ley de Moisés.
Según el Evangelio de Mateo, el
ángel del Señor le manifestó en sueños que ella concibió por obra del Espíritu
Santo y que su hijo «salvaría a su pueblo de sus pecados», por lo que José
finalmente aceptó a María.
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