En esta puesta, lo único que hay de imperfecto es el título de la obra. Los Imperfectos es una historia contada por dos actores, Matías Rodriguez Dávila y Lucas D’Amario, y cuatro actrices. Son dos amigos jóvenes: Fermín es de personalidad seria y Alex, su mejor amigo, lo vive metiendo y sacando de los líos, todo el tiempo. Esto hace que se produzcan situaciones reideras aunque para Fermín no lo son tanto.
Las actrices que acompañan a los actores son: Adri Freixiosa, Daiana Velozo, Stefanía Domínguez y Roció López Ferreryra.
Es una excelente comedia de enredos, escrita por Hugo Marcos y dirigida por Tomi Blatt, donde a través del humor se resalta como exigimos que nos acepten como somos. La obra cuestiona cómo discriminamos a pesar de criticar estas actitudes y como nosotros mismos sin darnos cuenta volvemos a caer, una y otra vez, en expresiones y situaciones peyorativas para con el otro.
Una de las señoritas encarna el papel de la ex – novia de Fermín, a la cual no le cae para nada bien Alex, y no trata de disimularlo. Ha llegado a la casa para tratar de reconciliarse con su novio pero Alex hace las mil y unas para que no lo logren; no lo hace por maldad, sino porque Alex es Alex y no puede evitar meterlo a Fermín en problemas.
A Fermín se le complica pedirle perdón a su novia y reconciliarse, que es lo que más quiere, porque Alex lo quiere embrollar con otra señorita. Esta damita se las trae, llega a la casa con una valija, porque no tiene donde vivir, se escapó de un centro de costura clandestino y la persigue un chino mafioso, dueño de la fábrica, que la quiere matar.
Hay dos personajes más femeninos que se enriendan en la historia, Etelvina y una alemana de origen teuton, las cuales Fermín está acostumbrado a que pasen todos los meses por su casa. Solamente aclararemos que Fermín y Alex no son del todo perfectos, pero lo vamos a dejar ahí.
"Los Imperfectos" es una excelente comedia, muy llevadera, con un elenco sólido. Una opción perfecta para un día viernes a las 21hs en el Teatro El Vitral, porque no hay nada más cercano a la perfección que reírse y en lo posible de nosotros mismos.
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